FARÁNDULA
Armando Valdés, el Chala de ‘Conducta’, revela por qué dejó la actuación
El joven actor cubano participó en el más reciente episodio del pódcast de Yuliet Cruz
Con tan solo 12 años, Armando Valdés dejó de ser un niño común para encarnar a Chala, el protagonista de Conducta, una de las películas más destacadas del cine cubano contemporáneo. El filme, dirigido por Ernesto Daranas, marcó profundamente la vida de este joven, tanto en el ámbito personal como en el profesional.
En una reciente conversación en el pódcast de la actriz Yuliet Cruz, quien interpretó a su madre en la cinta, Valdés reflexionó sobre la compleja experiencia que significó su debut actoral.
Daranas apostó por Mandy, apodo con el que también se le conoce al joven, pese a que su realidad no coincidía con la de Chala. Provenía de un entorno humilde, pero con estabilidad, contrastando con el conflictivo personaje que debía interpretar. Sin experiencia previa en actuación, el proceso de preparación resultó intenso, aunque también auténtico.
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El impacto del largometraje fue inmediato. La película no solo recibió elogios, sino que también catapultó la imagen de Valdés a la fama. Sin embargo, la exposición mediática trajo consigo complicaciones. “A mí, a Armando, ni le gusta que hablen de él, ni le gusta estar en boca de la gente, ni le gusta ser el centro”, expresó el joven, quien enfrentó retos en el ámbito académico debido a la atención que generaba su figura.
El reconocimiento incluyó premios como el Coral en el Festival de Cine de La Habana, pero también tensiones en su entorno. Su decisión de estudiar en la Escuela Nacional de Arte (ENA) estuvo cargada de desafíos.
La constante exposición, sumada a las expectativas de quienes lo rodeaban, desgastaron su vínculo con la actuación. “Que hoy en día no sea mi pasión la actuación, es un resultado de esto mismo, de la sobresaturación”, confesó Valdés.
Durante su paso por la ENA, enfrentó envidias y comentarios negativos, tanto de compañeros como de profesores. A pesar de recibir ofertas para nuevos proyectos, la institución restringió su participación hasta alcanzar el tercer año, lo que limitó su desarrollo profesional. Cuando finalmente tuvo la oportunidad de actuar, su entusiasmo había disminuido considerablemente.
Estas experiencias en Cuba lo llevaron a distanciarse del mundo actoral. Aunque Conducta le abrió puertas, también representó una carga emocional y profesional que marcó el rumbo de su vida. Hoy, Valdés recuerda su paso por el cine como un capítulo determinante, pero también como un proceso que lo llevó a replantearse sus prioridades y su relación con la fama.
A más de una década del estreno de Conducta, la actriz Yuliet reconoce ante Valdés la enseñanza de un gran aprendizaje. “Aprender a poner límites a aquello que no resuena contigo es una lección de vida invaluable”.