Asesinan a un joven guardia de seguridad en un bar de San Antonio de los Baños

Roberto, asesinado en el bar, estaba a punto de ser papá. (Foto: Yanko Mesa – Facebook)

En la noche del pasado domingo, un joven cubano que trabajaba como guardia de seguridad en el restaurante-bar Doña Yulla, ubicado en el municipio San Antonio de los Baños, provincia Artemisa, fue brutalmente asesinado, según informes difundidos en redes sociales.

La víctima, identificada como Roberto, pero conocido por su apodo Kiko, estaba a punto de convertirse en padre. Según comentarios de los internautas, la esposa tuvo que someterse a una cesárea debido a la presión emocional generada por la trágica noticia.

La comunidad de San Antonio de los Baños se ha mostrado conmocionada por la prematura muerte de este joven, quien, al parecer, había trabajado como maestro antes de ocupar ese riesgoso puesto.

Las circunstancias exactas del asesinato aún no han sido esclarecidas, y no se tiene información sobre si hay personas arrestadas por sospechas de participación en el homicidio.

En medio de la incertidumbre, los residentes locales han expresado su consternación por la creciente violencia e inseguridad que azota al país. «¿Cuántos hijos, padres de familia, hermanos, amigos, harán falta para tomar medidas frente a la violencia que estamos viviendo? Nosotros somos cubanos, somos madres con miedo de que nuestros hijos salgan a las calles, al menos a divertirse un poco. Ya no tenemos seguridad en las casas, en los ómnibus de transporte, los ancianos no pueden vivir tranquilos en sus fincas», dijo Leiysis Molina, una internauta que conocía a la víctima.

Este nuevo asesinato sume a la comunidad de San Antonio de los Baños, conocida como La Villa del Humor, en el dolor y el miedo, y algunos residentes se han referido a su localidad como «La Villa Ensangrentada». Mientras tanto, las interrogantes sobre el destino de Cuba y la creciente violencia siguen sin respuesta, generando un profundo sentimiento de horror y repugnancia en la población.

Los medios de prensa oficialistas mantienen silencio al respecto y solo comparten escueta información sobre algunos hechos delictivos, una actitud que les permite mantenerse apegados a la línea del gobierno comunista que rechaza la existencia de un grave problema de inseguridad en la Mayor de las Antillas.

El arresto de los homicidas no llega a ser suficiente para la población. Los cubanos exigen medidas preventivas o una nueva estrategia de seguridad para disminuir los casos delictivos. Lamentablemente, en medio de estas demandas, el gobierno prefiere concentra la labor de la Policía Nacional Revolucionaria (PNR) en la vigilancia y el acoso contra opositores políticos.