Celebran fiesta de 15 años en una escuela militar en Granma

Cabe destacar que el único centro estudiantil que realiza esta “celebración”, han sido tradicionalmente las escuelas de “Camilitos” como una muestra de los privilegios que tienen los militares en Cuba desde edades tempranas. (Foto: Captura de pantalla)

La escuela militar Camilo Cienfuegos de Bayamo, celebró de manera colectiva la fiesta de 15 años a las estudiantes de la institución que arribaron a esa edad, con vals y vestidos incluidos.

La noticia fue compartida a través de redes sociales y su canal de YouTube, por el medio oficialista CNC TV Granma, en una nota donde revelaron algunos momentos de la “ceremonia”.

Según trascendió, esta celebración, la cual se desarrolla desde hace años por las escuelas militares llamadas “Camilitos” en la Isla, se había visto interrumpida debido a la situación sanitaria desatada por la COVID-19.

En el video compartido, se puede ver a las estudiantes bailar el tradicional vals junto a compañeros y familiares, mientras lucían los clásicos vestidos de las quinceañeras.

Algo que al parecer nunca han tenido en cuenta quienes preparan todo este carnaval, es que están retratando una estampa relacionada íntimamente a clases altas y pudientes de la sociedad, y no al pueblo obrero y humilde que tanto cacarea la revolución.

Y es que, aunque no hay un consenso sobre las primeras celebraciones de esta tradición, muchos textos la remontan a los bailes de sociedad, donde las jovencitas eran presentadas para anunciar que estaban en edad casadera.

Sin embargo, con el paso de los años y aunque en Cuba aún existe una fuerte presencia de este “rito iniciático”, en muchos países se ha ido supliendo poco a poco, pues se considera algo obsoleto, con un marcado sentido patriarcal.

Cabe destacar que el único centro estudiantil que realiza esta “celebración”, han sido tradicionalmente las escuelas de “Camilitos” pues, al estar respaldadas por el Ejército castrista, se pueden permitir correr con ciertos “gastos” que el resto de las instituciones educacionales no tienen.

Esto deja en evidencia, una vez más, como priorizan a quienes forman parte de sus filas con privilegios que se les niegan a los simples “civiles”.

Es válido destacar que la inmensa mayoría de esas niñas no tendrá la oportunidad de celebrar su propia fiesta con el vestido que sueña, en el lugar ideal o con sus propios invitados, precisamente porque el régimen que monta toda esta escena les impide a sus padres tener salarios dignos que le permitan darle sus anhelados 15 años.

Más allá de lo que puede parecer un acto altruista, se esconde el discurso político donde se ven casi obligadas a jurar “lealtad” a una dictadura sangrienta como lo es la cubana, a cambio de pobres privilegios como este.

Se trata, simple y lamentablemente, de venderle al mundo una farsa, un baile de máscaras que al caer el telón deja ver los rostros cansados y hambriento de sus actores.