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Colapsa y se derrumba el edificio del Instituto Superior de Diseño (ISDi) de La Habana
Una sección del edificio colapsó, según reportaron en redes sociales, vecinos y periodistas oficialistas

El colapso de ISDi ocurrió debido a vibraciones y al deterioro de la estructura en la fachada que daba a la calle San Carlos. (Captura de pantalla © Arq. Julio Herrera – X)
Una sección del edificio del Instituto Superior de Diseño (ISDi) de La Habana colapsó, según reportaron en redes sociales vecinos y periodistas oficialistas. El derrumbe, vinculado a un proceso de demolición controlada por fallos estructurales persistentes, no causó víctimas, pero bloqueó el acceso a viviendas cercanas y generó alarma entre los residentes.
De acuerdo con Sergio Luis Peña Martínez, decano del ISDi, el colapso ocurrió debido a vibraciones y al deterioro de la estructura en la fachada que daba a la calle San Carlos. Afortunadamente, ni estudiantes ni trabajadores se encontraban en el lugar al momento del incidente.
Los escombros caídos impidieron la salida de vecinos de la zona de Belascoaín y Carlos III, afectando la entrada a las casas de la otrora Secundaria Básica William Soler. Equipos de bomberos acudieron rápidamente al lugar, sin que se reportaran víctimas.
Autoridades del Partido y el Gobierno, junto con representantes del Ministerio de Educación Superior y de la Universidad de La Habana, se trasladaron de inmediato para evaluar los daños y coordinar las acciones necesarias. El decano aseguró que el resto del edificio es recuperable, pero el proceso de demoler la parte afectada era esencial para garantizar futuras reparaciones.
No es la primera vez que el edificio enfrenta problemas de este tipo. En julio de 2024, una parte de la fachada ya se había desplomado, lo que obligó a las autoridades del ISDi a prohibir el acceso al inmueble y a continuar las clases de forma no presencial. Asimismo, en marzo de 2022, el instituto anunció el cierre de varias instalaciones debido a “un complicado fallo arquitectónico”.
El ISDi, inaugurado en 1984, ocupa un edificio colonial con una rica historia. Construido en 1860 como hotel militar, el inmueble sirvió posteriormente como Escuela de Cadetes, Asilo de Viudas y Huérfanos, y sede del Estado Mayor durante la Primera Ocupación Estadounidense. En 1940, pasó a ser sede del Ministerio de Salubridad y, finalmente, en 1982, fue adaptado para el Instituto Polítécnico de Diseño Industrial, precursor del actual ISDi.
Los residentes de la zona, acostumbrados a convivir con el deterioro de inmuebles emblemáticos, manifestaron su preocupación por la demora en las acciones preventivas. Aunque las autoridades insisten en que el colapso era parte de un proceso planificado, las condiciones estructurales del edificio reflejan el abandono generalizado de la infraestructura en la ciudad.
“El estado del edificio ya era un peligro latente. Esperamos que no ocurra algo peor”, comentó un vecino afectado. Mientras tanto, los escombros continúan bloqueando entradas de viviendas, y se espera que los equipos de emergencia logren despejar la zona en las próximas horas.
El ISDi también se enfrenta al desafío de reubicar a sus estudiantes y garantizar la continuidad de las actividades académicas. En anteriores ocasiones, la institución destacó su compromiso con la creatividad y excelencia a pesar de las limitaciones materiales. Sin embargo, la ausencia de una sede funcional ha afectado gravemente su operatividad.
La situación del ISDi es un ejemplo de los problemas estructurales que afectan a muchas instituciones y edificios históricos en Cuba. La falta de mantenimiento preventivo y los recursos limitados contribuyen al deterioro acelerado de inmuebles con alto valor patrimonial.
Aunque el decano afirmó que “no fue una tarea fácil decidir el cierre temporal del edificio”, reiteró que se busca garantizar la seguridad de los estudiantes y trabajadores. Mientras tanto, las autoridades deberán enfrentar los retos logísticos de las reparaciones y la necesidad de espacios alternativos para las clases.
El colapso del ISDi, más allá de su impacto local, pone de relieve la crisis generalizada de infraestructura en Cuba. Este caso refuerza el llamado urgente a priorizar el mantenimiento de inmuebles públicos antes de que tragedias mayores ocurran.
