ESTADOS UNIDOS
Con Trump se acaba el CBP One, pero no el asilo en EEUU
Para aquellos migrantes sin residencia en EEUU, la situación también podría complicarse
El republicano Donald Trump, ganador de las elecciones presidenciales del pasado martes en Estados Unidos, asumirá el cargo en enero de 2025 y ya ha prometido eliminar programas creados por la administración de Joe Biden, como el CBP One donde se agendan citas para pedir asilo y resolver el caso ante una Corte de Inmigración dentro de territorio estadounidense.
Sin embargo, eso no quiere decir que EEUU, con un historial amplio de ayuda a los necesitados, deje de lado su tradicional política de asilo. En una conversación reciente, el abogado de inmigración Wilfredo Allen, con más de 40 años de experiencia, explicó al periodista Daniel Benítez, que los que buscan protección humanitaria siempre tendrán una vía para hacerlo, tal y como sucedió con la anterior administración Trump.
Cuando Trump retome el poder, Allen prevé un regreso de políticas restrictivas “con esteroides”, incluyendo el programa de “Quédate en México” (MPP), que obliga a los solicitantes a esperar fuera de EEUU mientras sus casos son evaluados. Para Allen, un MPP aún más estricto complicaría las solicitudes de asilo, intensificando el ambiente hostil en la frontera y dejando a muchos en países como Cuba, Haití, Nicaragua y Venezuela con pocas alternativas seguras.
Allen enfatiza que el derecho al asilo no desaparecerá, ya que está protegido por la ley estadounidense. Sin embargo, advierte que el proceso se volverá más complejo y desgastante, tanto para quienes esperan en la frontera como para aquellos ya en territorio estadounidense.
Por lo tanto, él junto a sus colegas están preparados para defender los casos de asilo uno a uno, apelando al debido proceso como herramienta para garantizar los derechos de los migrantes.
Allen fue claro en su mensaje para aquellos migrantes que están considerando cruzar la frontera de manera ilegal ante el temor de que Trump imponga nuevas restricciones: “No es lo correcto ni legal”. Subrayó que la frontera ya se encuentra cerrada y que arriesgarse a un cruce no autorizado solo empeorará su situación. El abogado destacó que el endurecimiento de las leyes migratorias no es una situación aislada de EEUU; otros países como Canadá y varios de Europa también están adoptando políticas más restrictivas.
Para aquellos migrantes que ya están en EEUU, la situación también podría complicarse. Allen explicó que, aunque una deportación masiva es poco probable debido a limitaciones legales y de recursos, el ambiente se volverá cada vez más restrictivo. Las condiciones de vida podrían empeorar para muchos migrantes, quienes enfrentarán mayores desafíos para encontrar trabajo, vivienda y servicios esenciales, especialmente con posibles nuevas leyes a nivel estatal y federal que limitan sus opciones.
Adicionalmente, el abogado prevé un aumento en las deportaciones, en especial para quienes se encuentran en centros de detención o cumpliendo condenas criminales. No obstante, Allen recalca que una deportación masiva de millones de personas, como han prometido algunos políticos en sus campañas, es poco realista.
Explicó que el debido proceso y los altos costos de deportación limitan la posibilidad de cumplir con estas promesas. Los migrantes con casos de asilo activos o en espera de residencia no enfrentarán deportaciones a menos que cometan delitos graves.
Durante la conversación, Allen abordó cómo la retórica electoral crea pánico en las comunidades migrantes. Recordó una ley en Florida que penaliza a quienes transporten, alojen o den trabajo a migrantes indocumentados. Aunque esta ley generó temor y provocó la salida de algunos migrantes de Florida, en la práctica ha tenido pocas consecuencias legales. Allen sostiene que este tipo de medidas buscan crear un ambiente hostil para desalentar la migración, aunque su aplicación es mínima.
El abogado también anticipa una relación más rígida entre Estados Unidos y México, que fortalecería la cooperación en temas de deportación y control fronterizo. En ese sentido, pronostica un aumento en los vuelos de deportación hacia Latinoamérica y un papel más activo de México para frenar el paso de migrantes hacia el norte.