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‘Bigote Gato’: uno de los personajes más excéntricos de la Cuba republicana

HISTORIA DE CUBA

‘Bigote Gato’: uno de los personajes más excéntricos de la Cuba republicana

Hay quien dice que fue el cerebro tras cócteles como los siguientes: “Atila frente a Roma”, “Espérame en el Cielo”, “Cuba en Llamas” y el famoso “Bigote’s Gato”

Manuel Pérez Rodríguez, el mostacho alargado y la boina roja eran sus sellos distintivos. (Foto © Ecured)

No hubo bigote más famoso en los primeros años de la República que el de Manuel Pérez Rodríguez, nacido en Asturias, España, en 1910. Tanta celebridad logró en aquellos tiempos que luego el compositor Jesús Guerra escribiría El disgusto de Bigote y Bigote Gato es un gran sujeto, dos guarachas dedicadas a su figura y que más tarde interpretaría el gran Daniel Santos.

El mostacho alargado y la boina roja eran sus sellos. Pero ¿quién era este peculiar personaje y cómo alcanzó cierta notoriedad en la época?

Llegó a Cuba en 1914. Se jactaba de que Cristóbal Colón lo había traído (ese era el nombre del barco en el cual llegó a la mayor de las Antillas). Después se ganó la vida trabajando en una fonda y, años más tarde, abrió un bar llamado Tertulia, que estaba ubicado en Teniente Rey No. 308, entre Aguacate y Compostela.

Dicen que en el lugar había un texto que lo resumía: “Conozca a Cuba primero, visite a Bigote’s Gato después”. Para anunciar el nuevo suceso, decoró su Chevrolet descapotable con motivos y publicidades que no pasaron desapercibidas ante los espectadores que lo veían recorrer diariamente las calles de la capital cubana.

Aquel sitio, además de lo típico, era la sede del Club de los Noctámbulos, una “institución” creada por el propio Bigote Gato, quien decidió agrupar a personas con los siguientes requisitos: tener entre 18 y 100 años, y permanecer en el local desde las doce de la noche hasta las seis de la mañana. Llegó a tener alrededor de 500 socios aquel invento.

Se dice que los primeros viernes de cada mes, ofrecía allí una comida que decidió nombrar “criolla y del amor”: rabo encendido, lengua estofada y dulce de papaya con queso. Las noches parecían no acabar nunca en el club y la fama de Manuel se fue extendiendo a varios lugares de La Habana. Hay quien dice que fue el cerebro tras cócteles como los siguientes: “Atila frente a Roma”, “Espérame en el Cielo” y “Cuba en Llamas” y el famoso “Bigote’s Gato”.

Personas de todos los niveles adquisitivos llegaron por su establecimiento. Entre otros, pasaron por la barra, El Caballero de París, Hemingway, Ava Gardner, Sinatra.

Los magnates de la TV vieron en su figura a alguien valioso para ser partícipe de un espacio que pudiese alcanzar grandes cifras de audiencias. Llega, entonces, al Tribunal de los Locos, un programa humorístico que también contribuyó a popularizar el negocio de su Tertulia.

Mucho antes de abrir su bar, fue campeón en una carrera de fotingos. Le gustaba pasear en su auto, acompañado por las más bellas mujeres con las que pudiera lidiar.

Falleció el 11 de julio de 2003, pero nunca había dejado de ser el de aquellas guarachas, el campechano bonachón, quizás, más célebre de su tiempo “Bigote Gato es un gran sujeto/ que vive allá por el Luyanó/ y tiene el pícaro unos bigotes/ que llena a todos de admiración…”, cantaba Daniel Santos en la Sonora Matancera.

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