Contraloría de Cuba dice que no existen casos de corrupción de ‘cuello blanco’ en el país

A tres años de que se viralizaran las lujosas vacaciones en Turquía de Antonio Castro y a apenas un año del escándalo de la cervecería Bucanero S.A, la Contraloría de la República de Cuba asegura que en la Isla no existen casos de corrupción de “cuello blanco”.

“En nuestro país no tenemos casos de corrupción de ‘cuello blanco’, esa es una terminología que no se ajusta a nuestro sistema socialista, porque los directivos no forman parte de una clase elitista, son parte de un colectivo laboral”, dijeron autoridades de la Contraloría en entrevista con el oficialista Cubadebate.

Estas declaraciones, emitidas por los vicecontralores generales Reynol Pérez Fonticoba y Alina Vicente Gainza, tienen lugar días después de que una auditoría detectara faltantes e irregularidades traducidas en 117 millones de dólares en daños económicos, solo en 370 empresas de La Habana.

Los vicecontralores refirieron que los casos de corrupción se presentan fundamentalmente en las entidades de base, donde se concentran los recursos materiales y financieros. “Con esto no queremos decir que no hemos tenido casos en los niveles superiores, pero no es la generalidad, cuando son identificados se adoptan medidas administrativas y penales y se publican en los medios”, dijeron.

Sin embargo, los medios cubanos (en su totalidad propiedad del Estado) rara vez publican sobre casos de corrupción que involucran a altos representantes de la cúpula gubernamental y/o militar, principalmente para no dañar el discurso de “igualdad” y “sacrificio” que habitualmente proyectan a la población.

La prensa cubana no publicó ningún artículo que rindiera cuentas sobre los paseos del hijo de Fidel Castro en yates privados y hoteles de lujo por Turquía. Tampoco cuando, en un caso más reciente, fue detenido el director de la cadena RTV Comercial, Joel Ortega Quinteiro, por malversación y tráfico de influencias.

“Los directivos tienen que rendir cuenta ante su colectivo y a sus superiores, no solo de su labor administrativa, también de su conducta ética”, resaltaron los vicecontralores a Cubadebate. Según ellos, cuando se presenta un caso de corrupción la responsabilidad recae también en el resto de los trabajadores “porque falta combatividad revolucionaria en los colectivos”.

Sobre el hecho de “perder un cuadro por incurrir en manifestaciones negativas”, ambos funcionarios coincidieron en que sucede debido a la falta de una fiscalización oportuna, “que dejamos brechas para que entrara el flagelo de la corrupción o simplemente cambió su modo de actuar y vivir, y no quisieron darse cuenta sus superiores y compañeros de trabajo, o lo permitieron y convivieron con eso para no buscarse problemas, como dicen ahora, no ser el conflictivo”.

Quizá el caso más escandaloso de corrupción administrativa en Cuba, al menos el más notorio que ha publicado la prensa nacional, se dio a conocer el febrero del año pasado, cuando a la exgerente de la firma cervecera Bucanero S.A en La Habana y su esposo, exjefe de Ventas de la misma sucursal, se les incautó un patrimonio valorado en más de 208.000 dólares.

El suceso, ocurrido en 2016, estuvo sujeto a especulaciones hasta que la revista Bohemia decidió sacar a la luz los detalles y algunas fotos de los bienes confiscados. En ese momento, la Policía llegó a decomisar también dos propiedades inmuebles, una de dos pisos y otra de tres; varios autos modernos, y bienes valorados en casi 90.000 dólares.