Prostitución en Cuba pasa al formato de videollamada por la pandemia

Prostitución en Cuba pasa al formato de videollamada por la pandemia (Imagen de referencia: Periódico Cubano).

La pandemia ha afectado de muchas maneras a la economía de Cuba, e incluso la prostitución ha tenido que adaptarse a las circunstancias.

La caída del sector turístico, el que mayores ingresos genera a la economía nacional, también ha golpeado fuertemente a las personas que ejercen el trabajo sexual. Aunque las fronteras del país siguen abiertas, la cantidad de extranjeros que arriban es significativamente menor, principalmente porque numerosos países aún no permiten vuelos al exterior.

De acuerdo con un reportaje de CubaNet, la situación ha llevado a los sexoservidores a utilizar el internet para poder ganar algo de dinero, aunque no tengan una ganancia tan importante como a la que acceden al atender personalmente a sus clientes.

“Doy gracias a Dios de que existen internet y las redes sociales porque con eso estamos sobreviviendo mi familia y yo. Conozco a los extranjeros en Facebook y por ahí les ofrezco mis servicios. Hacemos videollamadas en vivo, les bailo; a lo único que no llegamos es a la penetración”, contó una trabajadora sexual al citado medio.

La joven, que prefirió mantenerse en el anonimato, tiene apenas 17 años, pero afirma que ejerce la prostitución desde los 14, obligada por la pobreza que la hizo buscar maneras de sostener a su familia.

Explicó que desde pequeña vive sola con su padre y su abuela, tras ser abandonada por su madre. “Recuerdo que de niña  muchas veces me acosté con un vaso de agua con azúcar en la barriga. Mi padre ganaba muy poco y apenas alcanzaba para comer, así que cuando vi la posibilidad de sacar dinero de mi cuerpo no lo pensé dos veces”, lamentó.

En Cuba, la prostitución no es algo necesariamente condenado por la sociedad, familia y vecinos, pues permite a quienes la ejercen llevar un mejor nivel de vida y mantener a sus familiares.

“De niña, como es lógico, jamás pensé en convertirme en una prostituta sobreviviente, porque cuando uno hace el sexo por dinero, al menos en Cuba, es para alimentarse, vestirse y ayudar a la familia, se hace para sobrevivir”, explicó la joven.

Como han contado otros en su situación, el principal deseo de quienes se dedican a esta labor es salir de Cuba. “Y sí, también quiero irme del país, siempre he soñado con irme de Cuba. Quiero conocer otros lugares, conocer otra vida que no sea tan miserable como esta”.

“Quiero casarme, tener hijos, pero no en este país, no voy a traer un hijo al mundo para que pase por lo mismo que yo”, expresó.

Aunque el gobierno niega que en Cuba exista la prostitución infantil, quienes la ejercen aseguran que el promedio de edad para iniciar en el oficio es de entre 12 y 13 años, uno de los principales atractivos que encuentran los extranjeros en la Isla.

“La primera vez que me acosté con un extranjero la recuerdo como el peor día de mi vida. Yo era casi una niña y aquel viejo tenía casi 80 años. Cuando empezó a tocarme yo me quería morir”, explica otra entrevistada bajo el seudónimo de Rosa.

“Después vino la parte más importante, cuando me pagó: era la primera vez que veía tanto dinero junto, aquel viejo me dio 100 dólares. Compré de todo, desde galleticas para mis hermanas hasta un par de zapatos para mi madre, porque la pobre estaba descalza”, agregó.

La joven, que también ha recurrido a internet para trabajar, explicó que aunque no se gana tanto por videollamadas, es lo suficiente para mantenerse y sin el “sacrificio” de tener que mantener relaciones con extraños.

Indicó que los clientes pagan a veces a través de recargas en el teléfono, que luego ella vende en efectivo.

“Me han puesto hasta 100 dólares en el teléfono y con eso he ido viviendo. Total, si ya te digo que es hasta mejor que tirarte encima un fenómeno de esos. No sabes el asco que se siente cuando te acuestas con alguien que no te gusta”, concluyó Rosa.