Crece comunidad de mujeres musulmanas en Cuba

El islam es una religión abrahámica monoteísta basada en el Corán, el cual establece como premisa fundamental para sus creyentes que “No hay más Dios que Alá y Mahoma es el último mensajero de Alá”. Para el asombro de muchos la practica de esta religión se ha extendido entre las mujeres cubanas en los últimos años.

Ejemplo de ello es la joven Maryam Camejo que asiste cada viernes a una mezquita ubicada en el centro histórico de La Habana Vieja. “Por ser musulmana no dejo de ser cubana”, es la primera frase que dice al ser entrevistada por la agencia alemana de prensa DPA.

“Al principio te sientes muy desconectada de tu contexto, la gente te mira rara y empiezas un cambio de identidad, se produce en ti un cambio cultural”, expresa la mujer que reconoce que su religión, aún minoritaria en la isla, choca culturalmente con las formas de vestir y el comportamiento extravertido de las cubanas.

Desde 2007, la Liga Islámica de Cuba está oficializada en el registro de las asociaciones como la única reconocida por el Gobierno. Las cifras apuntan que en la isla hay unas 2500 personas que profesan esta religión, donde la mayoría llega por conversión y no por herencia familiar. La vertiente sunita es la predominante entre los practicantes cubanos.

Otra mujer, Isaura Argudín, cuenta su primera experiencia en la mezquita:  “los hombres van para este lado y las mujeres para este otro, me dijeron y yo pensé, ¿y por qué yo tengo que ir para allá?”

“Cada vez que preguntaba algo y me respondían, veía que el Islam se identifica mucho conmigo. Aquel día me dije: voy a cambiar mi vida completamente”, cuenta la mujer que ahora se hace nombrar Aneesah Nour Abdullah, su nombre en musulmán.

Sobre el uso del velo en su trabajo como farmacéutica dice: “Yo no veo mal que una mujer quiera cubrirse, yo decidí ponérmelo y me siento una mujer más liberada, es como si fuera mi protección y es mi identidad, me identifica como diferente al resto de mujeres”. Confiesa que al principio muchos clientes de la farmacia no querían ser atendidos por ella.

“La vida que tengo ahora no es la misma a la que tuve, que fue muy difícil. Yo tenía otra religión, la yoruba. Te levantabas sin ningún motivo para vivir, pero el Islam me guió al camino recto y hoy sí me siento una mujer con fuerza de voluntad para seguir palante. Todo era fiesta, alcohol, si no comías no importaba, puedes llegar al límite que no te importa”, pero ya no es así dice la mujer.

“¿Sabes cuantas veces me han dicho ‘talibana’ en la calle? La gente está equivocada sobre el Islam: es paz, no es terrorismo”.

A pesar del todavía débil impacto del Islam en Cuba, ya empieza a formar parte del tablero del ajedrez geopolítico internacional. La Embajada de Arabia Saudí regala libros del Corán y el Gobierno turco apuesta por financiar la construcción de una gran mezquita en La Habana.

Aún queda por negociar con el gobierno cubano la creación de un cementerio propio para la comunidad musulmana, e igualmente un matadero de animales que los sacrifique de acuerdo a la tradición musulmana.

El tema de la comida es aún más complejo pues la carne por excelencia de Cuba es el cerdo y está religión no ingiere carne de este tipo. El pollo, la ternera o los huevos suelen faltar en los mercados con regularidad, por lo que es un verdadero reto.

Con información de DPA