Cruda situación de la vivienda en Cuba: más de 60 mil familias viven en piso de tierra

En el oriente de Cuba proliferan las casas con pisos de tierra. (Captura de pantalla: Cubanet – YouTube)

La cifras de la precariedad del fondo habitacional de Cuba son impactantes, y parecen propias de países del tercer mundo de hace 40 años. Según datos oficiales revelados en la más reciente sesión de la Asamblea Nacional del Poder Popular (ANPP), 61.559 familias viven con piso de tierra a mediados del año 2023.

El régimen castrista ha fracasado en sus intentos de disminuir estos números, que son indicadores del atraso del nivel de vida de la población. Randel Coloma Oduardo, vicepresidente de la Comisión de Industria, Construcciones y Energía del gobierno cubano, indicó que la meta era erradicar 25 mil pisos de tierra al año, pero en lo que va del 2023 solo se ha logrado mejorar el piso a dos mil viviendas, producto de la enorme crisis económica que vive la nación.

“Al cierre del mes de mayo se han concluido 7.221 viviendas de 25.134 planificadas, que representa el 29% del plan del año”, comentó Coloma Oduardo.

Pero el funcionario también manifestó que ese no es el plan más atrasado. Los peores números están en la construcción de las Células Básicas Habitacionales (subsidios de solo 25 metros cuadrados), donde se cumple al 13%, ejecutándose solo 822, lo que corrobora que es el programa más relegado.

Por su parte, en el plan de rehabilitación, se terminaron 10.004 acciones constructivas, siendo solo el 41% de lo planificado.

De acuerdo con las excusas oficiales, las afectaciones climatológicas sin solución de años anteriores impiden que se avance a buen ritmo, constituyendo una de las mayores insatisfacciones de la población. Por ejemplo, solo por huracanes e intensas lluvias quedan sin resolver 109.185 viviendas afectadas, de las cuales 60.590 son derrumbes totales y parciales.

Otra de las causas es la baja disponibilidad de equipamientos y recursos humanos, pues de las empresas estatales de la construcción se ha ido mucho personal. El informe presentado por el directivo revela “la necesidad de propiciar la adquisición de tecnologías para la construcción de materiales y de las viviendas. Hoy se hace muy poco en la actividad de movimiento de tierra, infraestructura, súper estructura y urbanización”.

La existencia de pisos de tierra en las viviendas de un país es un indicador de pobreza, desigualdad, falta de infraestructura básica, condiciones precarias de salud y seguridad, así como limitaciones en el acceso a oportunidades económicas.

Residir en una vivienda con piso de tierra conlleva riesgos para la salud, debido a las condiciones precarias y las características propias de este tipo de superficie. Entre los riesgos más comunes se encuentran enfermedades respiratorias por la acumulación de humedad y polvo, enfermedades transmitidas por vectores debido a la presencia de insectos y parásitos, enfermedades gastrointestinales dada la contaminación del suelo y enfermedades de la piel por contacto directo con la tierra.