Autoridades reconocen falta de trabajadores agrícolas y campesinos “envejecidos y desestimulados”

En Cuba se vive una fuerte emigración del campo hacia las ciudades, al tiempo que muchos también abandonan el país. (Foto: ACN)

El director de Inversiones y Desarrollo del ministerio de la Agricultura de Cuba (Minag), Luis Enrique Díaz Burón, admitió durante una entrevista con el diario oficialista Granma que el principal problema de la agricultura nacional es la falta de trabajadores, mientras los pocos que hay están “envejecidos y desestimulados”.

“El problema fundamental de la agricultura en Cuba resulta la falta de fuerza de trabajo, hay poca, envejecida y desestimulada. De ahí la importancia de buscar incentivos, y capacitar, introducir nuevas tecnologías y equipamientos para facilitar el trabajo, fortalecer las comunidades, mejorar rendimientos”, explicó Díaz Burón sin asumir la responsabilidad que tiene el gobierno en la proliferación de estas problemáticas.

De acuerdo con el directivo, en los últimos años el régimen ha tenido que destinar dinero extra del presupuesto estatal para inversiones en salud pública (con motivo de la pandemia de COVID-19) y el sector energético, por lo cual, el financiamiento para la agricultura no ha estado en los niveles que debería.

En ese sentido, refirió que la producción agrícola vive de las ayudas que recibe desde el extranjero. “Las fuentes de financiamiento para las inversiones en el campo cubano provienen fundamentalmente de las ayudas gubernamentales con capital de países como China, Rusia, Bielorrusia, India. Así como, inversiones extranjeras y proyectos de colaboración internacional como los de la ONU”, reconoció el funcionario.

Con el dinero de estos países se impulsan inversiones de 22 productos agrícolas, entre los que destacan: el arroz, granos, viandas y hortalizas; frutales; ganaderos y forestales (café, apícola, miel, cacao, etc.).

El problema de base es que esas inversiones siguen manejadas por un aparato estatal burocrático e ineficiente, que elabora planes desde un buró en La Habana. Los dirigentes no toman en cuenta la opinión de los campesinos que trabajan la tierra y tampoco los dejan producir a su manera.

Por ello, no sorprende que, tras 63 años de régimen comunista, Díaz Burón confiese que se busca “superar los retos presentes” para que las inversiones den fruto.

“Tenemos que garantizar las preparaciones del personal vinculado al proceso inversionista para el desarrollo, en cuanto el impacto positivo de las inversiones en el desarrollo económico del país. Acortar plazos en la ejecución de las inversiones y calidad en las terminaciones, crecer la capacidad constructiva propia del organismo para enfrentar las inversiones de construcción y montaje de acciones de mantenimiento constructivo, importantes para la sostenibilidad de inversiones”, sostuvo.

Entre otros asuntos, mencionó la necesidad de que los estudios de factibilidad técnica, económico, y financiero sean realizados con rigor, para que luego el dinero invertido genere los beneficios esperados.

Al parecer, las autoridades del Minag en Cuba siguen descubriendo el agua tibia en pleno 2022.