Cubanos indignados ante el anuncio de convertir el Jazz Café de Galerías de Paseo en tienda MLC

El club, desde hace más de 20 años, se sitúa en el tercer piso de la galería de tiendas, algo que lo dotaba de una vista inigualable de la ciudad y el mar que la rodea. (Foto: Periódico Cubano)

Hay tristeza entre varios cubanos luego de que se conociera que cambiará su función social un sitio icónico, como pocos en el país, debido a, por una parte, su ubicación frente al malecón habanero y los hoteles Cohiba y Riviera y, por otro, su esencia: música en vivo, jazz fundamentalmente.

Esto ocurrirá sin otra razón más allá de la necesidad de ampliar la red de tiendas que coexistían en Galerías Paseo, que hasta ahora funcionaban con la moneda CUC, pero que han cedido terreno a la de moda: Moneda Libremente Convertible (MLC).

El club, desde hace más de 20 años, se sitúa en el tercer piso de la galería de tiendas, algo que lo dotaba de una vista inigualable de la ciudad y el mar que la rodea.

A la entrada, se situaba una imponente barra, con las más variadas bebidas, entre las que no faltaban los rones cubanos de Havana Club para preparar los clásicos Mojitos.

El Jazz Café funcionaba, de día, como un establecimiento con variadas ofertas gastronómicas que, para ser una dependencia estatal, no poseía una mala relación calidad-precio. Mientras, en las noches, acogía las presentaciones de músicos representantes de diversos géneros como rock o jazz.

Esto último era la esencia del lugar. Su decoración incluía estatuas, piezas fundidas en bronce de personajes tocando saxofón y otros instrumentos. Como parte de la ambientación, también tenían cuadros y fotos de personalidades del gremio artístico.

Su pequeña tarima a modo de escenario fue testigo de lo mejor y más destacado del panorama jazzístico cubano contemporáneo. Hasta allí llegaron figuras como Roberto Fonseca, Alejandro Falcón, César López y Michel Herrera, por solo citar algunos. Fue sede de eventos y festivales como el Jazz Plaza y ahí dejó también su huella el maestro Arturo O´Farril.

Sus noches de música en vivo, su eslogan: “Jazz Café, donde todo puede suceder”, perduran en la memoria de los que por allí pasaron.

Al momento del anuncio extraoficial de su desaparición, las críticas y lamentaciones no se hicieron esperar. Muchos internautas atribuyen “la mala decisión” a personas que les importa la dolarización de la economía en detrimento de la cultura. “Este era uno de los pocos espacios donde hacía mis presentaciones”, se lamenta un joven jazzista. “Los lugares se añejan y son insuperables, los clubes como el Jazz Café son insustituibles por mucho que se empeñen”, afirma otra.

Los músicos echarán de menos a su público, y estos últimos, el ambiente. A unos y otros lo que más les mortifica es que sustituyan un espacio emblemático, de los pocos clubes estatales que resplandecían en las noches habaneras, por otra tienda MLC, de las que hay casi una veintena en la capital del país y a la cual no puede acceder la mayoría de la población.

De triste e indignante cataloga una señora la noticia, quien alude, además, a la mala situación que existía en ese complejo comercial, Galerías de Paseo, desde hace algún tiempo. “Repararon las tiendas para ponerlas en MLC. Al inicio dijeron que solo sería en esa moneda el área de los equipos electrodomésticos, pero ya se ha extendido”.