Damas de Blanco logran ir a misa el primero de enero

Berta Soler en la catedral de La Habana (BERTA SOLER/FACEBOOK)

Luego de tres años de continuas detenciones arbitrarias por órdenes del gobierno cubano, la líder de las Damas de Blanco, Berta Soler, pudo asistir a una misa en la Catedral de La Habana.

“Hoy primero de enero 2020, gracias a Dios pude participar en la primera misa del año, Misa de la paz junto a otros activistas de derecho humanos en la Catedral de la Habana”, comentó la opositora en Facebook.

Soler declaró a Radio Televisión Martí informó que elementos policiales montaron un operativo de vigilancia, pero sin bloquear a las Damas de Blanco que se encaminaron al recinto religioso.

En la misa, donde también estaban integrantes de la organización Delibera, se compartió un mensaje del Papa Francisco en el que se resaltó la paz para el pueblo de la Isla y el mundo entero.

Soler también pudo saludar al Padre Pepe Félix, de la Iglesia de Santa Rita del barrio de Miramar, donde las Damas de Blanco asistían a misa para pedir por los presos políticos y luego salían en procesión con gladiolos entre las manos.

Como este acto empezó a tener fuerza y causar interés internacional, el gobierno empezó a enviar a policías y agentes de la seguridad del Estado para reprimir a las Damas de Blanco e impedir tanto su procesión, como asistencia a misa.

Durante el año que acaba de terminar a las Damas de Blanco, además de las detenciones por varias horas y sin haber cometido delito, también les impusieron multas y recibieron varias amenazas.

Quien no pudo acompañar a Berta Soler en la misa, fue Claudia Márquez Linares, una de las fundadoras de dicho movimiento, quien no puede entrar a Cuba por estar regulada.

Márquez Linares estaba a punto de abordar un avión de Copa Airlines, cuando empleados de esta empresa le notificaron que el gobierno cubano no iba a permitir su ingreso a la Isla.

Además, las Damas de Blanco Martha Sánchez y Aymara Nieto Muñoz no pudieron recibir el año en libertad porque están detenidas y acusadas de los “delitos” de atentando, desacato, resistencia y desorden público.

Sánchez, residente de Artemisa, está cumpliendo 4 años y 6 meses en prisión, mientras que Nieto fue sentenciada a 4 años de cárcel por el Tribunal Municipal de Boyeros.