ESTADOS UNIDOS
De lavar platos a millonaria: historia de la cubana Gillian Iglesias que llegó a EEUU con 17 años
La migrante cubana atribuye su éxito a su disciplina y su enfoque en la mejora continua. Su lema es claro: “La disciplina mata al talento”

Comenzó su carrera inmobiliaria como secretaria en una oficina y allí le aprendió todo al negocio. (Captura de pantalla © Robert Sielmann – YouTube)
Gillian Iglesias, una exitosa empresaria cubana, ha logrado conquistar el mundo de los bienes raíces tras emigrar a Estados Unidos en 1999, a los 17 años, gracias a la lotería de visas ganada por su madre. Su historia es un testimonio de esfuerzo, resiliencia y visión. Ella aceptó contar su historia y mostrar su casa al yotuber español Robert Sielmann, quien acostumbra a mostrar este tipo de vivencias.
Los primeros pasos de Iglesias en Miami fueron modestos. Comenzó trabajando de lavaplatos en el restaurante Pizza Hot. Pero no pasó mucho tiempo antes de que comenzara a hacer realidad sus sueños. Con solo 19 años, se asoció con una amiga para abrir un salón de belleza, marcando su primer emprendimiento. Sin embargo, fue en el sector inmobiliario donde realmente halló su verdadera pasión y éxito.
En 2003, comenzó su carrera inmobiliaria como secretaria en una oficina, con el objetivo de aprender el negocio. Su habilidad y ambición la llevaron rápidamente a convertirse en agente inmobiliaria. No obstante, la verdadera prueba llegó en 2008, cuando la crisis inmobiliaria arrasó con el mercado y le costó la pérdida de dos propiedades.
A pesar de este golpe, Gillian no se rindió. En 2010, fundó su propia empresa de bienes raíces, Property Rentals, dedicada a la renta de propiedades y subastas. Su negocio despegó rápidamente, alcanzando un volumen de transacciones impresionante en su primer año.
En la actualidad es la cabeza de su propia empresa y con más de 200 agentes a su cargo, Gillian se ha consolidado como una broker y prestamista exitosa. Además de su negocio inmobiliario, ha diversificado sus inversiones en joyerías y otras áreas. Según ella, su éxito se debe a su capacidad para identificar oportunidades donde otros no las ven, una cualidad que la ha colocado como una de las figuras más prominentes en el sector inmobiliario de Miami.
Gracias a su esfuerzo y más de 25 años de duro trabajo en EEUU disfruta de un estilo de vida lujoso. Su hogar, una propiedad remodelada valorada en 1.8 millones de dólares, es una muestra de su gusto por el diseño minimalista y la elegancia. La vivienda cuenta con seis habitaciones, cuatro baños y un closet personal de gran tamaño. Su garage se ha convertido en un espacio de oficina, un testamento de su arduo trabajo y enfoque constante.
La coleccionista de autos también tiene en su haber una edición especial del Rolls-Royce Spectre, un coche eléctrico valorado en más de 600.000 dólares, y un Lamborghini Huracán, que refleja su éxito personal. Sin embargo, uno de los momentos más difíciles de su vida fue el robo de un Rolls-Royce Cullinan, valuado en más de medio millón de dólares, mientras se encontraba estacionado en un restaurante exclusivo de Miami. El robo fue ampliamente cubierto por los medios, pero afortunadamente, los ladrones fueron capturados poco tiempo después.

La coleccionista de autos también tiene en su haber una edición especial del Rolls-Royce Spectre. (Captura de pantalla © Robert Sielmann – YouTube)
En su próximo proyecto, Gillian está trabajando en la construcción de su “casa de los sueños”, una propiedad en Pinecrest, en una zona exclusiva de Gallow. Los planos de la nueva propiedad ya están en proceso, y se espera que esta sea aún más espectacular que su actual hogar.
La migrante cubana atribuye su éxito a su disciplina y su enfoque en la mejora continua. Su lema es claro: “La disciplina mata al talento”. A lo largo de su carrera, ha aprendido a aprovechar las oportunidades, incluso cuando parecen inciertas. En su libro Camino al Millón, comparte sus secretos sobre cómo alinear la mentalidad con acciones concretas para lograr el éxito financiero y personal.
Gillian es madre de dos hijos y junto a su esposo ha logrado equilibrar su vida personal y profesional con una rutina diaria rigurosa que comienza a las 5:00 a.m. Ella enfatiza la importancia de dar sin esperar nada a cambio, creyendo que “lo que das es lo que recibes”. Para ella, el verdadero éxito no solo se mide en términos de dinero, sino en cómo se impacta positivamente a los demás.
