Dentista cubano le salva la vida a un delfín que no podía comer

La insólita anécdota del médico cubano Miguel Rodríguez Garrido, el estomatólogo de la Clínica Internacional de Guardalavaca que le salvó la vida a un delfín, ha vuelto a ser noticia por estos días.

Y es que gracias a la experiencia del doctor Miguel, que desde hace más de 20 años atiende anualmente a más de 1.400 turistas en el famoso balneario de Holguín, hoy la delfín Bía se encuentra en perfecto estado de salud.

Según contó a la prensa local, un día el galeno recibió una llamada de urgencia del Acuario Bahía Naranjo. “Me dijeron que un importante delfín mular, llamado Bía, tenía un trauma en su boca que le impedía comer”, dijo.

Bía llevaba varios días con dolor y sin ingerir alimentos por las fracturas que le causó un fuerte golpe al realizar sus piruetas habituales en el acuario holguinero. El pronóstico médico no era bueno y era necesaria una intervención quirúrgica.

“Después de una difícil captura por sus entrenadores, diagnostiqué que tenía dañados cinco de sus 98 dientes, los cuales se desplazaron con fractura de huesos”, explicó Rodríguez Garrido.

Según las características de la lesión, el odontólogo consideró que la misma fue causada por algún artefacto que confundió al capturar pescados o al realizar algún juego. “Operé la zona afectada y tuve buenos resultados”, contó el médico a la prensa.

“Días más tarde, Bía volvió a realizar sus espectáculos, para alegrar a sus entrenadores y visitantes”, añadió.

El trabajo de Miguel

Miguel nació en Banes y ofrece sus servicios como estomatólogo en Guardalavaca desde el año 1997. Domina el idioma inglés, el francés y elementos básicos del alemán.

“Su profesionalidad, más sus conocimientos sobre la cultura cubana y las peculiaridades de otros países, han convertido a este médico en uno de los más solicitados en el territorio”, reseña el portal Cubadebate.

Según dijo, sus clientes más habituales son pacientes drogodependientes que culminan su rehabilitación en Cuba y deciden mejorar su apariencia física y dentadura, dañada por el uso de sustancias tóxicas.

“¡Ese es mi momento de prestar ayuda! Algunas de estas personas me han dicho que, al ver sus dientes sanos, se sienten con deseos de volver a apostar por la vida”, aseguró.