NOTICIAS DE CUBA
Denuncian abandono del monumento en Bayamo donde descansaron los restos de Francisco Vicente Aguilera
El sitio histórico se encuentra sumido en el asco y el deterioro

Abandono de monumento donde descansaron restos de Francisco Vicente Aguilera en Bayamo. (Foto © Arnoldo Fernández-Facebook)
Bayamo, la misma ciudad que el régimen de La Habana proclama como “Ciudad Monumento”, es hoy escenario de una vergüenza nacional que ni siquiera puede ocultarse tras el discurso oficial.
La denuncia llegó por parte del creador digital cubano Arnoldo Fernández, quien, con imágenes y palabras conmovedoras, ha documentado el alarmante grado de deterioro de la Torre de San Juan Evangelista.
Ese sitio, donde por primera vez descansaron en suelo cubano las cenizas del prócer independentista Francisco Vicente Aguilera, se encuentra hoy convertido en un basurero: heces fecales, zapatos rotos, bolsas llenas de desperdicios y hoyos profundos son solo algunos de los ultrajes visibles. Un panorama que resulta indignante, no solo por el abandono físico, sino por lo que representa: el desprecio del Estado por una memoria histórica que no puede capitalizar ideológicamente.
La ironía es punzante. Bayamo, cuna de la cubanía, de la historia independentista de Cuba, donde sus calles fueron escenario de rebelión; sus habitantes, capaces de incendiar su propia ciudad antes que entregarla al enemigo; su historia, sellada con la fuerza del ideal independentista. Hoy, esa misma ciudad es testigo del ocaso de su patrimonio ante la indiferencia institucional.
El comunicador que alzó la voz en redes no lo hace por primera vez. En enero de este año, Fernández escribió sobre el tema y, según comentó, “la publicación llegó a mucha gente, incluso a las autoridades de la provincia, según me notificaron personas muy queridas”. Pero, evidentemente, no sirvió de nada. El tiempo no ha traído restauración, sino más ruina. A cuatro meses de su primera denuncia, la Torre está peor.
¿Cuántos otros monumentos en Cuba corren igual suerte? ¿Cuánto silencio oficial se esconde tras los eslóganes de “defensa de la identidad nacional”? En una nación donde los recursos se destinan a campañas ideológicas, hoteles vacíos o inversiones en propaganda, no sorprende que las tumbas de los héroes se hundan entre la mugre y el olvido.
Los restos de Francisco Vicente Aguilera demoraron casi 30 años en retornar a Cuba
Francisco Vicente Aguilera y Tamayo (1821–1877) fue una figura central en la lucha por la independencia de Cuba durante el siglo XIX. Nacido en Bayamo en el seno de una familia adinerada, Aguilera poseía una gran fortuna que incluía ingenios azucareros, propiedades urbanas y ganado. Sin embargo, renunció a todos sus bienes, liberó a sus esclavos y se unió a la causa independentista.
Durante la Guerra de los Diez Años (1868–1878), Aguilera desempeñó un papel destacado como vicepresidente de la República en Armas y mayor general del Ejército Libertador. Su compromiso con la libertad de Cuba lo llevó al exilio, y falleció en Nueva York en 1877, en condiciones de pobreza y a causa de un cáncer de laringe.
En 1911, sus restos fueron repatriados a Cuba como parte de un homenaje nacional. Las cenizas recorrieron varias ciudades orientales, incluyendo Santiago de Cuba, Holguín, Las Tunas y Manzanillo, donde se realizaron actos solemnes con gran participación popular. Finalmente, fueron depositadas en el cementerio de Bayamo, su ciudad natal.
En 1958, durante el gobierno de Fulgencio Batista, sus restos fueron trasladados al Retablo de los Héroes, un mausoleo ubicado en el mismo cementerio y destinado a honrar a destacados próceres de la independencia, como Pedro Figueredo y Perucho Figueredo. Aunque el mausoleo fue concebido como un símbolo de la memoria patriótica, actualmente se encuentra en estado de abandono.
