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Denuncian robos e impunidad en Facultad de Medicina de Santiago de Cuba
“Más de 10 robos en la Facultad de Medicina 2 en solo 3 meses”
Mientras el régimen cubano insiste en proyectar una imagen de estabilidad y orden en sus instituciones educativas, la realidad dentro de ellas dista mucho de esa narrativa. La Facultad de Medicina No. 2 de Santiago de Cuba ha sido escenario de al menos diez robos en solo tres meses, sin que hasta la fecha se haya tomado una sola acción concreta por parte de las autoridades.
Una denuncia anónima publicada en Facebook, en un sitio de ventas de la provincia oriental, encendió las alarmas: “Más de 10 robos en la Facultad de Medicina 2 en solo 3 meses desde que llegó la nueva dirección, y ni el PCC, ni la FEU, ni la UJC, y menos la administración hacen nada, ya que el Decano Paneque, el protegido de la Rectora, anda muy ocupado con su novio, el secretario de la juventud de la Escuela. Demasiada inmoralidad, pero claro, la Reina de la Moralidad, Migdalia, es ciega para estas cosas”.
La declaración no solo revela un patrón de impunidad, sino que también deja al descubierto la existencia de una estructura de poder presuntamente basada en el favoritismo y el silencio. En lugar de atender los problemas que afectan a estudiantes y trabajadores, las autoridades parecen más interesadas en proteger sus intereses personales.
Todo parece indicar que la persona acusada en el post es el decano de la Facultad de Medicina No. 2, el joven Dr. Arniel Alberto Carvajal Paneque, quien asumió el cargo en febrero de este año.
Otra internauta, en el post replicado por el periodista Yosmany Mayeta, confirmó la falta de seguridad y el uso político de los estudiantes, una práctica que data desde el inicio de la revolución castrista en 1959: “Facultad de Medicina #2. Le robaron el dinero a mi amiguita cuando la llevaron a marchar a casa de José Daniel Ferrer. Cuando regresó, le habían desarreglado la maleta. Ella vive en un municipio, no voy a decir el nombre para no perjudicarla”.
Pero el problema no se limita a la inseguridad. La precariedad económica, la falta de recursos básicos y la creciente desigualdad indignan a muchos cubanos, como lo refleja el testimonio de otra usuaria: “Deberían cerrar todas las escuelas, primero por el hambre que estamos pasando todos. Aquí no hay ni una gota de condiciones para que los niños vayan a la escuela. No hay pan, no hay un poquito de leche, y cuando los mandamos a la escuela a pulmón, llegan y no tienen almuerzo a tiempo por la maldita corriente que nunca hay. Esto es sálvese quien pueda… bueno, el pueblo”.
La Facultad de Medicina No. 2 de Santiago de Cuba no es un caso aislado, sino un símbolo del colapso moral y funcional de un sistema que ha dejado de responder a las necesidades del pueblo. El silencio de las autoridades no es inocente: es cómplice. Cada día que pasa sin que se haga justicia, la desesperanza crece.
Hace apenas unos días, se dio a conocer que un estudiante del IPVCE Antonio Maceo de Santiago de Cuba se lanzó desde un tercer piso, huyendo de unos atacantes que ingresaron al centro con armas blancas.
A raíz del incidente, surgieron numerosos testimonios que denunciaban la crítica situación de seguridad dentro del plantel. Un estudiante confirmó que, por las mañanas, no hay custodios en la entrada principal. Uno de los relatos más impactantes fue el de una estudiante que, bajo anonimato, aseguró que los agresores portaban cuchillos y que la escuela carece de una vigilancia efectiva: pocos custodios, profesores ancianos y una cerca perimetral en ruinas.
