Vecinos de La Habana llevan nueve meses en un edificio inundado con agua sucia

Con agua sucia acumulada en todas partes y sin la atención de las autoridades, así vive un núcleo de vecinos en un edificio de 14 apartamentos en La Habana desde hace nueve meses. Los afectados temen que esta situación ocasione graves daños en su salud, principalmente en niños y ancianos.

Uno de los residentes, William Sánchez Aldana, denunció en Facebook este problema compartiendo fotografías en la que se ven las habitaciones inundadas del líquido que además está ocasionando daños estructurales al edificio.

“Hace nueve meses que no puedo entrar a mi casa, ni para tomar agua y todavía no hay una respuesta del gobierno municipal”, manifestó Sánchez Aldana, quien también comentó que el lugar se encuentra en la calles Genios #256/ San Lázaro y Malecón Centro Habana.

En la misma publicación indica que de funcionarios de salud pública, solo reciben como respuestas que el problema ha sido planteando a las autoridades, pero no ve ni una sola acción para resolverlo.

Asimismo, agregó que los cimientos del edificio ya presentan considerables daños y que las columnas se están arqueando lo que podría ocasionar un derrumbe con resultados fatales.

En septiembre, Sánchez Aldana reclamó que el gobierno diga que está combatiendo el dengue fumigando con avionetas, cuando no se presta atención a problemas con el de su edificio donde el agua acumulada es un factor para la propagación del mosquito transmisor de la enfermedad.

“Cada día que pasa las probabilidades de que alguien coja una enfermedad se hacen más elevadas y a nadie le importa, ya no sabemos a dónde ir ni qué hacer con esta situación, por eso estaremos agradecidos por el apoyo que nos puedan dar”, comentó el vecino y proporcionó el número telefónico 53 84 82 66 para alguna orientación o ayuda.

El pasado mes de julio, vecinos del barrio San Felipe de la Habana Vieja denunciaron mediante un video que sus hogares estaban inundado y contaminado de agua sucia que ponía en peligro su salud.

Reclamaban que no habían sido atendidos por las autoridades y además, en vez de enviar alguna maquinaria para extraer el agua, les estacionaron una patrulla en una parte seca a manera de intimidación para evitar protestas.