Desgarrador relato de migrante cubana: deportada desde México bajo engaños

Yurisleydis Gómez fue regresada a la Mayor de las Antillas junto con otros migrantes que tenían documentos para una estancia legal en México. (Foto: Yurisleydis Gómez – Facebook)

La cubana Yurisleydis Gómez, una de las 138 personas oriundas de la Isla deportadas el sábado 14 de octubre desde México, relató cómo fue su expulsión pese a tener documentos para una permanencia legal en el país azteca.

Gómez, quien denunció haber sido víctima de una detención arbitraria, alertó sobre el riesgo de trasladarse dentro del territorio mexicano aunque se cuente con los papeles necesarios, pues ella y otros cubanos terminaron repatriados siendo portadores de permisos de la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados y citas programadas con el CBP One.

La cubana también comentó en una directa vía Facebook que su deportación se hizo a base de mentiras. “Todo es un engaño, yo todavía estoy en shock y no he parado de llorar desde que llegué a Cuba, me agarraron los de migración, me metieron a una carpa donde estuve tres horas sentadas, hasta me quitaron el pasaporte”, añadió.

Luego de este lapso de espera, en el que estuvo preguntando qué le iba a pasar, aparecieron alrededor de 15 militares y los metieron en un vehículo que tenía una jaula, para luego transportarlos hasta el centro de detención migratoria Siglo XXI, ubicado en la ciudad de Tapachula.

“En este lugar nos dejaron sentados por horas sin recibir información, además nos revisaron las pertenencias y hasta el cuerpo. Luego nos pidieron nombres de madres, padres y nacionalidad, nos dividieron entre hombres y mujeres en las celdas del lugar a esperar”, comentó Gómez.

En determinados momentos aparecían funcionarios exigiendo a los migrantes la firma de papeles sin dar tiempo para ser leídos. Las autoridades también les tomaron fotografías a los retenidos.

“Al siguiente día aparecieron con otros papeles donde estaban nuestras fotos, pero con datos erróneos, cuando yo leí el nombre de mi madre, era otro, igual el de mi padre, además mi edad estaba mal y hasta pusieron que era del género masculino”, manifestó Gómez, a quien no le atendieron sus reclamos de manera correcta.

En un momento de confusión, la mujer logró agarrar uno de los documentos para leer detenidamente y se dio cuenta de que los migrantes estaban firmando una autorización para ser devueltos a sus países de origen.

“Cuando yo reclamo eso, el oficial me dice que si yo no firmo me iba a ir peor e iban a decir sobre mí lo que ellos quisieran”, expresó Gómez. Tras esta situación, los migrantes fueron llevados antes abogados de oficio, quienes tampoco dieron información concreta.

A la 1:00 a.m. del día de la deportación, comenzaron a ser movilizados a autobuses que se encontraban custodiados por policías armados. Adentro de las unidades todos terminaron con el rostro cubierto y con los brazos sujetados.

A las 8:00 a.m. llegaron a un aeropuerto donde les dieron un desayuno integrado por galletas, jugo y un poco de agua. Finalmente, los subieron al avión para ser devueltos a la Mayor de las Antillas.