Desmienten datos manipulados por Cubadebate sobre la vacunación en Cuba

Director del Instituto Finlay de Vacunas, Dr. Vicente Vérez y la ministra de Salud de Argentina, Dra. Carla Vizzoti (Foto: Instituto Finlay-Facebook)

El pasado 14 de junio, un artículo de Cubadebate titulado «Medio millón de cubanos ya con tres dosis. Cuba por encima del promedio mundial de población con una dosis» publicó datos claramente sesgados y manipulados con el objetivo mostrar una visión triunfalista de la campaña de intervención masiva llevada a cabo por el régimen.

El texto, de la autoría de Randy Alonso Falcón, nada favorece «a que sus lectores tengan una verdadera dimensión del escenario actual de la inmunización en el país», según el microbiólogo cubano Amílcar Pérez Riverol, Doctor en Ciencias Biológicas por la Universidade Estadual de São Paulo, Brasil.

El especialista aseguró que la publicación de Cubadebate conspira contra la percepción de riesgo, el control del brote y contra la propia intervención.

Para sostener su argumento, Pérez Riverol mostró las incongruencias del texto escrito por Alonso Falcón, director del programa televisivo Mesa Redonda.

«Contrario a lo que se afirma en el título, la tasa de población de Cuba que ya recibió (o había recibido el 11 de junio) al menos una dosis, no es superior a la tasa global, menos a la de América del Sur. Es la tasa de población completamente vacunada y no con primera dosis, un indicador más apropiado para evaluar la evolución de un programa de inmunización contra Covid-19», dijo.

Cubadebate prefirió obviar que solo 4,5% de la población cubana está completamente vacunada, y que a diferencia del resto de las naciones Cuba no posee vacunas, sino candidatos vacunales con los cuales espera inmunizar al 70% de su población adulta.

Amílcar reprueba que el portal web insista en esta competencia innecesaria, y además manipulada, ya que en la isla en estos momentos cuenta con una tasa de vacunación inferior a la mayor parte de los países de América del Sur.

«Incluso, si combinaras las cifras de parcialmente vacunados y con vacunados completamente, el artículo saldría mal parado», subrayó Riverol.

Igualmente, el científico se preguntó por qué el mérito de los candidatos vacunales de Cuba, su desarrollo y el avance de su administración necesita validarse a partir de comparaciones estériles.

Otras de las pifias cometidas por Randy Alonso son los gráficos que muestran el comportamiento de casos confirmados en dos fechas puntuales para los municipios donde está ocurriendo la intervención de salud con Abdala en La Habana y de la provincia en general.

A partir de ello, se pretende sugerir que el candidato funciona y que los datos representan un indicador indirecto de efectividad.

Riverol explica que «los valores aislados, en lugar de promedios semanales o al menos de cinco días, tienen variaciones enormes condicionadas por eventos puntuales y por tanto carecen de fortaleza estadística para sugerir cualquier conclusión sobre la efectividad».

Por último, el científico recalcó que el éxito de la inmunización en cualquier país no depende apenas de las vacunas usadas, también de que no tengan que competir con un alto número de contagios.

«Y los contagios no se frenan con comparaciones de cartón o con mensajes y estadística confusa. La ayuda que necesitan las vacunas -candidatos vacunales- no vendrá del triunfalismo sino de la prudencia y el rigor», concluyó.