Díaz-Canel preocupado por la zafra azucarera

La zafra azucarera cubana no es lo que fue antaño. El mandatario designado, Miguel Díaz-Canel Bermúdez está preocupado con la situación de la zafra actual y así lo ha transmitido en últimas reuniones con los encargados de esa industria en el país. Consideró fundamental la solución que deben adoptar las provincias orientales y Camagüey para recuperar el atraso pues, a excepción de Las Tunas junto a Holguín, es allí donde se concentran los principales problemas.

La realidad de esta industria es que persisten centrales que manifiestan un bajo rendimiento, asociado fundamentalmente a la baja molida y a problemas tecnológicos y de transporte. «El análisis puntual en cada uno de ellos es diario», aseguró el presidente del Grupo Empresarial Azcuba, Julio García Pérez. Este le transmitió al presidente que “no se renuncia al cumplimiento del Plan global”.

Nuevamente el clima atenta contra el desarrollo de la isla. Pareciera que el clima viene a salvar las deficiencias de los directivos de una industria en decadencia. Pues García Pérez explicó que después de las lluvias que tuvieron lugar en marzo se ha logrado recuperar la eficiencia en varios centrales, lo cual está influenciado en gran medida por la calidad de la materia prima que se lleva a ellos, pues se trata de caña nueva y no «quedada», como mayormente se estaba cosechando en etapas anteriores de la zafra.

Como incentivo para intentar mejorar la producción en estos centrales el gobierno cubano decidió mejorar los sistemas de pago a los trabajadores en algunas de las fábricas para impactar en el desenvolvimiento de estos y la calidad del trabajo.

“En el cumplimiento de estos planes están parte de los compromisos de producción de la próxima zafra” dijo García Pérez sobre el plan para la siembra de la caña. Afirmó que los recursos para lograr a finales de abril un cumplimento de 80% en las tierras surcadas. Pero añadió que las provincias de Villa Clara, Camagüey y Holguín pueden llegar a incumplir por, una vez más, las lluvias que han afectado estas labores.

Díaz-Canel pidió realismo en los análisis que se realicen en cada territorio. El presidente quizás cansado de una economía del teatro, donde papeles y números es todo lo que se necesita para estar bien. Además, señaló la necesidad de mantener la recuperación que se haya logrado en los centrales. Cuba tuvo hace unos años la producción más baja de azúcar en medio siglo, acercándola a lo que se lograba cuando no existía ni la técnica ni los medios con los que hoy cuenta la industria azucarera en el mundo.

Hasta 1989 la isla fue uno de los mayores exportadores de azúcar del mundo, con Estados Unidos como su primer cliente hasta 1960. Después llegó la Unión Soviética, que se la compraba a precios preferenciales. La caída del hermano mayor soviético precipitó el declive del sector, que se aceleró con la baja de los precios del azúcar, así como la falta de inversión y semillas, fertilizantes y pesticidas. De los ocho millones de toneladas anuales que producía hasta principios de la década de 1990, la isla no consigue superar los dos millones de toneladas desde los años 2000.

Una noticia que explica la precaria situación de quien una vez fue casi el mayor productor del mundo fue que Francia exportó 40,000 toneladas de azúcar a Cuba entre el verano boreal de 2017 y agosto de 2018. En La Habana, la noticia del producto llegado desde el otro lado del Atlántico se diseminó por los hogares, porque de repente recibieron por su “libreta” -cartilla de racionamiento mensual de alimentos- un azúcar más fino y brillante que el habitual.

Encuentros como este desarrollado por Díaz-Canel junto con José Ramón Machado Ventura, Segundo Secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba y el Primer Vicepresidente de los Consejos de Estado y de Ministros, Salvador Valdés Mesa seguirán sucediendo para intentar enderezar una industria que el mismo gobierno dejó destruir en los últimos años de Fidel Castro como gobernante de la isla.

Con información de Juventud Rebelde