Ecuador tiene una de las tasas de muerte por coronavirus más graves del mundo

Ecuador tiene una de las tasas de muerte por coronavirus más graves del mundo (CAPTURA DE PANTALLA/ DW ESPAÑOL/YOUTUBE).

La pandemia de COVID-19 ha sido devastadora para Ecuador, que presenta una de las tasas de mortalidad más alarmantes de acuerdo con los reportes que llegan desde el país.

El desgarrador panorama en las calles de sus principales ciudades muestra cuerpos desplomados a media calle, en sillas de ruedas, en ataúdes de cartón, siendo arrastrados por sus familiares que ya no pueden tenerlos en sus casas y apilados por cientos en morgues.

Los servicios sanitarios y funerarios han sido rebasados completamente en ciudades como Guayaquil, donde las autoridades pueden pasar hasta semanas sin recoger a los fallecidos.

Pese a esto, la falta de pruebas de detección de COVID-19 mantiene las cifras oficiales al menos 15 veces por debajo de la verdadera cantidad de fallecidos según un análisis de datos de mortalidad realizado por el New York Times.

El escenario en Ecuador es una clara muestra de los estragos que el coronavirus puede tener en países en desarrollo, donde los sistemas de atención médica son deficientes y ni siquiera el gobierno es capaz de detectar los casos o llevar cuentas seguras de los mismos.

“Había personas muriendo en las puertas de nuestras clínicas y no teníamos forma de ayudarlas”, dijo Marcelo Castillo, jefe de la unidad de cuidados intensivos en un hospital privado.

Cifras de mortalidad por COVID-19 en Ecuador

De acuerdo con el análisis de los datos de registro de defunciones realizado por el citado medio, 7,600 personas han fallecido en Ecuador solo entre el 1 de marzo y el 15 de abril.

Aunque oficialmente el gobierno reconoce solo 503 fallecimientos por coronavirus, la cifra real de muertes en el país centroamericano, sin precedentes en periodos anteriores, deja claro que aun sin pruebas de detección realizadas se trata de casos de COVID-19.

Si bien las muertes adicionales incluyen tanto enfermos de COVID-19 como por otras causas, la pandemia seguiría siendo la causa secundaria de las muertes en enfermos o accidentados, por ejemplo, que no pudieron ser recibidos en hospitales ya atestados de pacientes de coronavirus.

El considerable y repentino aumento de muertes es más de tres veces mayor al número habitual de fallecimientos en el país.

Se cree que el pico máximo de la enfermedad en la nación centroamericana se registró durante las dos primeras semanas de abril, cuando la mortalidad en proporción con la densidad de población superó los niveles de picos en España y Reino Unido.

El trágico y público caso de Guayaquil

La capital comercial de Ecuador, Guayaquil, epicentro de la enfermedad en ese país y por donde se cree que el virus ingresó al territorio, proveniente de España, ha sido la zona más afectada por el COVID-19.

A las pocas semanas de haberse identificado el primer caso en Guayaquil, los hospitales se desbordaron y los sistemas funerarios colapsaron en medio de una demanda abrumadora.

Las muertes en esta ciudad durante las primeras dos semanas de abril fueron ocho veces más altas de lo habitual, un aumento mucho mayor al de Nueva York, donde solo aumentaron cuatro veces las muertes en las últimas semanas.

En redes sociales circularon videos del horror vivido en la ciudad, donde la gente llegó incluso a incinerar a sus muertos a media calle utilizando gasolina porque no había nadie disponible para recoger los cuerpos.

El riesgo sanitario de los cuerpos de infectados permaneciendo por largos periodos dentro de los hogares, incluso en estado de putrefacción, facilitó la expansión del virus y probablemente de otras enfermedades.

El panorama resultó en cadáveres apilados en las calles y empujando a las familias a enterrar a sus seres queridos en ataúdes hechos de cartón, imágenes que dieron la vuelta al mundo, mostrando el verdadero y desgarrador alcance de la enfermedad.