Edificio Girón vs. Hotel 1ra y D: Entre el lujo y los descontentos

Casi ningún punto del capitalino barrio del Vedado escapa de apreciar este proyecto hotelero compuesto por dos torres. (Captura de pantalla © Alejandro Santana – YouTube)

El malecón habanero siempre ha sido un sitio de contrastes. Acoge a las más novedosas construcciones y también a las que no resisten el paso del tiempo.

El clásico y apacible panorama de la barriada del Vedado, en las intersecciones de las calles 1ra, 3ra, D y E cambió hace algún tiempo por vallas cerradas, señalizaciones de prohibido el paso, obras constructivas hasta bien tarde en la noche, grúas, trabajadores y todo un gran despliegue para dar paso a otro hotel del grupo turístico Gaviota.

Desde que fue anunciada su construcción, se lanzó como una instalación que marcaría un hito en la isla y bien que lo ha hecho. Quizás no por su ingeniería estructural o su diseño vanguardista, pero sí por su rápida construcción, en momentos en los que, casi a diario, se reportan derrumbes de edificios familiares en la ciudad.

Desde la avenida G o la calle Calzada, casi ningún punto del capitalino barrio del Vedado escapa de apreciar este proyecto hotelero compuesto por dos torres de 27 pisos de altura y, en el centro, una plataforma de menor tamaño donde estarán ubicados el lobby, restaurantes, galería de tiendas y hasta la piscina que se situará en la azotea.

Cuenta, además, con un parqueo de seis niveles. El conjunto, según ha trascendido, tendrá disponibilidad para unas 600 habitaciones.

En la obra se han empleado novedosas tecnologías, por lo que ha representado un reto constructivo al ser la primera vez que se utilizan en hoteles cubanos “plumas distribuidoras de hormigón a grandes alturas para llevarlo a los diferentes puntos de las estructuras sin saturar las grúas”.

Otra de las novedades que trae, desde el punto de vista de su construcción, es un sistema de moldes que “permiten ir subiendo la estructura del núcleo y los elementos horizontales en aproximadamente cinco días por nivel o piso”, según las declaraciones de Manuel Rodríguez, director adjunto del proyecto.

La rapidez de su construcción, en medio de una etapa compleja para la economía cubana, más allá de reconocerse como un elemento favorable, ha despertado el descontento de la población.

Este coloso hotelero comparte espacio geográfico con un edificio de apartamentos, el Girón, construido en 1967. A lo largo de sus 53 años de explotación ha sufrido los constantes embates del mar y, pese a ello, ha recibido mantenimiento en escasas ocasiones. Dentro del edificio, sus dos torres de 17 plantas tienen los elementos de hierro oxidados, corroídos por el salitre de la zona.

En su momento, el Girón también causó furor. Fue un proyecto experimental, y para su construcción, se empleó por primera vez en Cuba un sistema de moldes deslizantes para viviendas de altura y elementos interiores prefabricados. Todo esto sirvió de molde para las construcciones masivas que vendrían en décadas posteriores en la isla.

Mientras se alza el coloso hotelero, al lado se aprecia, mínimamente, el Girón, edificio con el cual algunos encuentran similitudes. Usuarios en redes sociales han manifestado su insatisfacción, pues para esa construcción “sí hay plata, pero para los infelices que se les derrumbó la casa, no”.