El 20% de la matrícula universitaria en Sancti Spíritus abandona la carrera

Una vez graduado y con más de 20 años de estudios desde la enseñanza primaria, el joven egresado universitario no ve el resultado de su esfuerzo, dado los deprimidos salarios y el alto costo de la vida en Cuba. (Captura de pantalla: Jenniflower – YouTube)

El éxodo masivo de los jóvenes cubanos, lo inservible de un título universitario para asegurar un salario digno en el país, la crisis económica que azota a nivel nacional y hasta una inadecuada formación vocacional son las causas principales para que el 20% de la matrícula universitaria en Sancti Spíritus abandone la carrera antes de culminarla.

De acuerdo con un artículo del diario oficialista Escambray, durante el año 2022 se reportaron 190 bajas estudiantiles en toda la enseñanza superior, lo que representó un 19.9% de la matrícula anual en la central provincia cubana. La cifra significa un crecimiento de 71 estudiantes con respecto a 2021, y 163 más que en 2020, por lo cual es un problema creciente.

El periodista oficialista José Lázaro Peña, autor del citado artículo, argumenta que “la situación económica compleja que experimenta el país impulsa a muchos universitarios a emprender una carrera contrarreloj por la independencia o bien para apoyar de forma monetaria una economía familiar profundamente deteriorada”, por lo cual abandonan las aulas.

Además, los estudiantes de preuniversitario se quejan de la escasa formación vocacional que reciben. Una reciente encuesta realizada a 20 alumnos del duodécimo grado del IPVCE provincial refleja su rechazo a optar por carreras de las ciencias sociales como Dirección de Cine, Periodismo o Filología.

El régimen cubano se ha jactado durante décadas de tener un sistema educacional fortalecido, donde inducían la necesidad de cursar una carrera universitaria. Sin embargo, una vez graduado y con más de 20 años de estudios desde la enseñanza primaria, el joven egresado no ve el resultado de su esfuerzo, dado los deprimidos salarios y el alto costo de la vida.

Ante la crisis de jóvenes que no quieren estudiar en Cuba, en el último curso escolar el Ministerio de Educación Superior garantizó una plaza en la universidad incluso para aquellos que desaprobaran las pruebas de ingreso.

Los resultados de estas pruebas solo se tendrán en cuenta para el orden en el otorgamiento de las carreras. Para la asignación de las especialidades y los programas de formación de Nivel de Educación Superior de Ciclo Corto, se tendrán en cuenta, en primer lugar, los aspirantes aprobados con un mínimo de 60 puntos, y luego quienes suspendieron. Después, se concederán a los que no se presentaron a las pruebas.

Para el período lectivo que inició el 18 de abril de 2022 se dispuso de 100.022 plazas universitarias, más de 9.000 en comparación con 2021.

Críticos de esta solución sostienen que a menos que luego en las aulas universitarias se apliquen evaluaciones de rigor, Cuba graduará profesionales no competentes, con poco o nada de compromiso hacia el trabajo que realizan. En cualquier variante, la maquinaria de la dictadura se encargará de robarles la motivación y los deseos de hacer.