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El canciller cubano Bruno Rodríguez y su iPhone “imperialista”
Para comprar el celular del canciller un cubano debe emplear 40 veces su salario mínimo
El canciller cubano Bruno Rodríguez Parrilla concedió una entrevista a la agencia The Associated Press donde intentó mostrarse indiferente ante la salida hacia España del activista Yunior García Aguilera. Sin embargo, una foto tomada durante la conversación no ha pasado inadvertida para los cubanos.
El máximo representante de la diplomacia comunista, que promulga la austeridad y hace constantes llamados al sacrificio del pueblo cubano para “vencer al imperialismo”, tiene como teléfono personal un iPhone de más de 1.000 dólares.
La foto donde el canciller le muestra su celular a la periodista deja ver claramente la parte frontal del equipo, que por la apariencia -incluido el notch en la parte superior mantenido por Apple en sus modelos de teléfonos inteligentes- y el tamaño, parece ser la versión Pro del iPhone 12 o iPhone 13.
En cualquiera de los casos, se trata de un “celular imperialista” cuyo precio le está negado a la mayoría de los cubanos, pues en la actualidad (noviembre de 2021) significaría más de 40 veces el salario mínimo en pesos cubanos convertido a dólares, según la tasa de cambio en el mercado informal.
Pero por si esto no fuera poco, cabría la pena preguntarse cómo es que el canciller cubano, por cuyas manos pasan delicadas informaciones del país, va a confiar en un teléfono cuya fabricación y sistema de software es controlado desde Estados Unidos. ¿No atenta esa actitud contra la Seguridad Nacional y la soberanía de la “sociedad socialista”?
Bruno Rodríguez no es el único, Díaz-Canel también usa Apple
La predilección de Bruno Rodríguez por la compañía de la manzana mordida no es única dentro de la alta jefatura del gobierno cubano, pues en varias ocasiones se ha visto al mandatario designado de la nación caribeña, Miguel Díaz-Canel, con un iPad de Apple.
¿Por qué los dirigentes cubanos no utilizan teléfonos chinos o dispositivos de cómputo como las laptops de la marca GEDEME, que están ensamblando en la incipiente industria electrónica con sede en Pinar del Río?
La respuesta parece obvia: cuando el dinero que se emplea para adquirir bienes no proviene del esfuerzo personal, al contrario, es sustraído del erario público, no se escatima en marcas y precios.