El «escachalatas» de Cuba se inscribe en los Récord Guinness

Un cubano de 20 años de edad se ha inscrito para participar en el Récord Guiness con la finalidad de ser reconocido como la persona que logra aplastar la mayor cantidad de latas con sus escápulas en tan solo un minuto.

Christian Manuel Castellano Rangel es el nombre del joven que ha demostrado tener la asombrosa capacidad de aplastar varias latas con sus escápulas en menos de un minuto.

Su habilidad la demostró públicamente durante un evento celebrado en el hotel Don Florencio de la localidad de Yayabo en Sancti Spíritus, donde dejó completamente atónito al público que presenció cómo el joven logró escapar 20 latas en tan solo 59.46 segundos.

Las personas que vieron al joven realizando su número en Yayabo quedaron verdaderamente impresionadas de la manera en que sin mayor dificultad podía destruir las latas; afirmando que Christian “parece de goma” y que “la fuerza que tiene es abismal”.

La demostración es el primer paso que se da para lograr que un grupo de expertos realice la revisión de la evidencia y evalúe si Castellano puede recibir o no el certificado de Récord Oficial Guinness World Records.

Para lograr hacer este tipo cosas, el isleño debe someterse en un duro entrenamiento basado en una rigurosa rutina de ejercicios en la que incluye el correr, hacer planchas y abdominales; y lógicamente practicar a diario escachando algunas latas.

En una entrevista ofrecida por el joven al portal del diario cubano Juventud Rebelde, Christian Manuel explicó: “Ejército para no dañarme la espalda. Corro; hago planchas y abdominales para mantener la forma física. De niño siempre quise ser ciclista o practicar atletismo, pero nunca llegó la oportunidad”.

Asimismo, el joven espirituano contó un poco sobre sus inicios en esta inusual práctica durante sus días como adolescente diciendo: “Cuando estaba en octavo grado mis amigos me dijeron que por qué no probaba escachar las latas al ver ellos cómo sacaba mis escápulas, y lo hice. Al principio me dolía mucho porque me hacía heridas. Pero ya hoy no siento nada.

Además de aplastar latas con su escápula, Castellano Rangel también practica el contorsionismo desde hace un poco más de un año; ya que es capaz de realizar movimientos con sus hombros, las rodillas, los dedos de las manos y de los pies en posiciones aparentemente imposibles.

A pesar de que uno de los mayores deseos de este muchacho es convertirse en contorsionista profesional y para ello dedica buena parte de su tiempo a ejercitarse, también trabaja como cuentapropista y está preparándose profesionalmente en la Facultad Obrera Campesina.

Con Información de Juventud Rebelde