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Camarioca: el primer éxodo migratorio impulsado por Fidel Castro en 1965
La desesperación por escapar llevó a cubanos a utilizar balsas improvisadas, neumáticos y embarcaciones frágiles, una práctica que persiste hasta la actualidad

Miles de cubanos con familiares en EEUU esperaron en Camarioca a que los vinieran a buscar tras el anuncio de Fidel Castro en 1965. (Captura de pantalla © Bloqueado por ti – YouTube)
En 1965, Fidel Castro permitió la salida de cubanos a través del puerto de Camarioca, en Matanzas. La medida, anunciada el 28 de septiembre, generó un éxodo de más de 5.000 personas, de las cuales 2.979 lograron llegar a Estados Unidos en barcos privados y 2.104 fueron recogidas después.
Aunque se presentó como un gesto humanitario, esta acción fue una la primera estrategia del régimen comunista de utilizar la migración como medida de presión al gobierno de EEUU y de aliviar la tensión interna ante el creciente descontento social después de seis años de dictadura totalitaria. El fenómeno marcó el inicio de una ola migratoria que continúa hasta hoy.
El anuncio de Fidel Castro tomó por sorpresa a los cubanos y a EEUU. En un discurso en la Plaza de la Revolución, afirmó que los ciudadanos con familiares en el extranjero podían marcharse si eran recogidos por ellos en Camarioca. La noticia se propagó rápidamente. En cuestión de días, cientos de embarcaciones salieron desde Florida para recoger a sus familiares, creando un puente marítimo improvisado.
El éxodo de Camarioca no fue una decisión improvisada. En 1965, Cuba enfrentaba una crisis económica severa, con escasez de alimentos y productos básicos. Además, el régimen había cerrado miles de negocios privados tras la nacionalización de empresas, dejando a muchas familias sin sustento. La oposición interna crecía y las cárceles estaban llenas de disidentes. En este contexto, el castrismo utilizó la migración como una válvula de escape.
El 3 de octubre, el pequeño puerto pesquero de Camarioca estaba colapsado. Decenas de barcos llegaban de Florida, recogiendo a familias y amigos. Algunas embarcaciones salieron sobrecargadas, a punto de hundirse. Muchos lograron llegar a salvo, pero otros nunca alcanzaron su destino.
El primer gran desastre balsero ocurrió como consecuencia de este éxodo: un grupo de 45 cubanos fue arrastrado por las corrientes y 39 de ellos murieron en el mar. Solo seis sobrevivieron, rescatados por pescadores en México.
El 15 de noviembre, el gobierno cubano cerró el puerto de Camarioca, poniendo fin al éxodo por mar. Para evitar una crisis humanitaria, EEUU estableció los “Vuelos de la Libertad”, un programa que permitió la salida de 260.000 cubanos entre 1965 y 1973. Aunque el gobierno de Castro continuó controlando quién podía salir, la emigración se convirtió en un fenómeno irreversible.
El éxodo de Camarioca fue el primer gran flujo migratorio de la Revolución, pero no el último. En 1980, el éxodo del Mariel llevó a 125.000 cubanos a EEUU en solo cinco meses. En 1994, la Crisis de los Balseros dejó más de 35.000 migrantes en el mar, muchos de los cuales murieron.
Desde Camarioca hasta hoy, miles de cubanos han arriesgado sus vidas para huir del régimen. El Estrecho de Florida se convirtió en un cementerio marino, con cientos de desaparecidos. La desesperación por escapar llevó a cubanos a utilizar balsas improvisadas, neumáticos y embarcaciones frágiles, una práctica que persiste hasta la actualidad.
El éxodo de Camarioca consolidó la comunidad cubana en Miami, que ya recibía a exiliados desde 1959. Este grupo inicial de migrantes fue clave en la expansión del exilio cubano, creando redes de apoyo y cimentando la influencia política de los cubanos en EEUU.
