El periodista Ismael Cala responde por qué no tiene acento cubano

Durante este emotivo encuentro, el originario de Santiago de Cuba compartió una experiencia personal que marcó su vida y carrera desde temprana edad.

Aquella mujer, con la que hasta ahora no ha perdido el contacto, también era cubana, pero él recuerda que tenía una forma peculiar de expresarse, entre argentina y mexicana. A pesar de las críticas y el rechazo que enfrentaba por parte de algunas personas, ella insistía en la importancia de la dicción y la claridad al hablar.

“El amor a esta Isla y la identidad no tiene nada que ver con tragarse las eses y hablar con una papa en la boca”, expresó Ismael, recordando las enseñanzas de su mentora.

Fue esta mujer quien le propuso al ahora conferencista incursionar en la radio y la actuación, ofreciéndole la oportunidad de grabar un programa para niños en una emisora local. Desde entonces, encontró su pasión y su espacio seguro en la comunicación.

La influencia de esta mentora no solo se reflejó en su carrera profesional, sino también en su confianza y seguridad personal. Gracias a ella, pudo superar el bullying y encontrar su vocación en el mundo del entretenimiento.

Ahora, Ismael Cala lleva varios años desempeñándose como presentador y productor de radio y TV, periodista, autor inspiracional, conferencista, orador motivacional y columnista para importantes medios digitales.

Su perfil mediático es particularmente alto entre los hispanos de Canadá y Estados Unidos, donde ha recibido la residencia permanente. En el resto del continente americano, Cala se dio a conocer a través de CNN en Español en su programa Cala En Vivo, transmitido a diario por esta cadena para millones de espectadores en todo el continente.

Además, se ha presentado como conductor en programas de alta sintonía en EEUU como Despierta América de la cadena Univisión y el show de Nancy Grace de HLN (anteriormente conocida como CNN Headline News).

Durante la entrevista, Ismael también recordó cuando fue un “joven comunista”. Con un tono sincero y reflexivo, el entrevistado expresó su pesar al “ver una Cuba empobrecida y mediocre, donde la desesperanza prevalece”. Admitió haber sido adoctrinado desde joven con las ideas del comunismo y el socialismo, creyendo en ellas durante más de 20 años.

La influencia del adoctrinamiento fue evidente en su infancia, donde se repetían consignas como “Pioneros por el comunismo”, sin que él cuestionara su significado. Sin embargo, con el paso del tiempo y la experiencia, llegó a la conclusión de que esas ideas eran “una bazofia”.

El exiliado destacó cómo el gobierno cubano limitó su capacidad de regresar al país durante 15 años, a pesar de ser una figura pública en los medios de comunicación. Recordó con tristeza cómo, en un intento de regresar para las fiestas navideñas, las autoridades cubanas le negaron la entrada, alegando que su residencia permanente en Canadá había expirado, aunque en realidad no era así.

Estos eventos dolorosos le llevaron a tomar la decisión de no volver a la Isla y seguir buscando nuevas oportunidades en el extranjero. En medio de todo esto, asegura que, a pesar de la distancia y las dificultades, “sigue llevando a Cuba en su corazón”.