El precio de la “solidaridad”: Ghana pagó 37 millones por formar médicos en Cuba

Medios de prensa de Ghana, país africano situado en el Golfo de Guinea con costas al océano Atlántico, informan que el gobierno de esa nación ha pagado a Cuba un total de 37 millones de dólares por formar a 250 ciudadanos como médicos en la Escuela Latinoamericana de Medicina (ELAM) de La Habana.

En promedio, en cada persona se gastaron 150 mil dólares, ese parece ser el precio de la tan proclamada solidaridad que promulga el régimen comunista cuando habla de los servicios médicos y académicos a las llamadas naciones del tercer mundo.

Alexander Abban, nuevo ministro de Salud del país africano, fue interpelado por la prensa local: “En promedio, se gastaron 150.000 dólares en cada uno de ellos. Si haces Matemáticas frente a 250 estudiantes que fueron transportados a ese país, se trata de 37.500.000 dólares”.

El dinero fue erogado por concepto de matrícula, alimentación y alojamiento. Además de un estipendio mensual que las autoridades de Ghana dan a sus estudiantes para que sobrevivan en la isla.

Las cifras fueron reveladas con motivo de la reciente graduación de los 250 médicos como profesionales de la salud. Abban informó que su gobierno seguirá invirtiendo en la formación de “médicos de calidad” si bien el colegio de salud de Ghana exige que para esas 250 personas ejercen la profesión deben realizar una prueba de conocimientos para validar su cédula.

De igual forma, en el país africano existen 100 médicos cubanos que cumplen misión en lo que ha sido reconocido por organismos internacionales como trabajo esclavo pues Cuba solo les paga una pequeña parte de los ingresos que obtiene por esos servicios.

La pregunta que se hacen todos es ¿dónde está ese dinero que el régimen recauda por los servicios médicos, la principal fuente de ingresos de Cuba en estos momentos?

Una cosa si es sabida: en los hospitales no está ni tampoco en la disponibilidad de medicamentos, pues ambos sectores, el hospitalario y el farmacéutico, son críticos en la isla que un día se dijo ser a sí misma una “potencia médica”.