El tango: Una tradición argentina que cobra vida en La Habana

Cuando se habla de Cuba la sonoridad musical y el ritmo de salsa es rápidamente reconocido en el mundo entero, sin embrago la tradición de baile de los cubanos hace que se practiquen otro tipo de movimientos como el sensual tango proveniente de la región rioplatense de Argentina.

Desde hace años un grupo de cubanos se reúne en La Habana para practicar el tango, organizar clases regulares y milongas, o eventos de baile de tango.

Incluso la capital cubana fue sede del evento clasificatorio de la región del Caribe para el Mundial de Tango a celebrarse a finales de año en Buenos Aires.

“El tango lo llevan los cubanos un poco en las venas por ese ritmo que tiene. A veces cuando imparto las clases a los estudiantes es increíble cómo aprenden de rápido los pasos”, dijo Agustín García, de 34 años, quien dirige una milonga semanal y tiene además una academia de tango.

Los historiadores aseguran que las raíces del baile tienen ascendencia africana y se esparció por América Latina a fines del siglo XIX en las reuniones sociales, donde los esclavos y los negros libres bailaban al ritmo de los tambores.

El baile se fue fortaleciendo y cambiando con el tiempo en las zonas de puerto de la región del Río La Plata que comparten Argentina y Uruguay.

“La Habana fue la segunda plaza del tango en el mundo entero en la década de 1950. La Habana tuvo tantas orquestas, tantos clubes, tantos cabarets como en Buenos Aires. Todos los artistas del tango argentino vinieron a cantar a La Habana. De hecho, cuando (el cantante Carlos) Gardel murió en un accidente aéreo, se dirigía a La Habana”, señaló Félix Contreras, un académico cubano de 79 años que escribe un libro sobre ese fenómeno musical.

Tras la crisis económica que comenzó a vivir la isla con la caída de la URSS el tango sufrió una caída en la popularidad con la partida de sus más reconocidos bailadores que fueron a probar suerte a un destino mejor.

El bastión del tango se concentra ahora en La Habana, en la academia de García y un estudio de arte denominado el Ojo del Ciclón, que programa milongas varias veces a la semana. “La comunidad del tango ha crecido mucho en los últimos dos años. La danza es parte de lo que son los cubanos”, dijo Leo de Lázaro, propietario del estudio.

Con información de Reuters