CORONAVIRUS EN CUBA
Poligráfico de Santa Clara mantiene jornadas de 18 horas en plena pandemia
Los empleados pasan 18 horas del día sin bañarse ni dormir para imprimir la propaganda oficialista del Gobierno
En plena pandemia el poligráfico de Santa Clara tiene jornadas de 18 horas. (Captura de pantalla:Telecubanacán-Youtube)
El poligráfico de Santa Clara, que se convirtió en el primer centro laboral de Cuba en aislamiento por un brote de coronavirus, ahora presume la explotación a la que somete a sus empleados.
Con tal de imprimir la propaganda del régimen de Cuba, los trabajadores del poligráfico acumulan jornadas de hasta 18 horas diarias, sin bañarse ni dormir.
El personal interno ha reconocido estas condiciones en la fábrica, desde donde se distribuyen los panfletos que promueven los “logros” del Gobierno.
Como es usual, la empresa estatal no reconoce su responsabilidad y la atribuye a la “conciencia política” de los obreros, según el jefe del taller de impresión, Vladimir Negrín Hernández.
“Aquí se interioriza la importancia política que tiene esto. Han estado 18 horas aquí sin ir a su casa, sin bañarse. No escatiman en horas, no escatiman en esfuerzos. Y la tarea está saliendo y va a salir”, dijo con orgullo Negrín Hernández.
Claro que el medio nunca reconocería que se trata de una imposición o que los obreros pudieron ser “amenazados” con perder sus empleos en caso de negarse, pues no es probable que tengan opción de oponerse a laborar bajo cualquier condición que el régimen demande.
La producción “imparable” en el poligráfico de Santa Clara, incluye los periódicos del aparato de propaganda del régimen cubano, industria en la que el Partido Comunista de Cuba (PCC) no escatima recursos con tal de poder dar su versión de Cuba a quienes los leen.
El poligráfico también se encarga de imprimir más de 321 mil ejemplares con la portada “Cuba Salva”, campaña oficial sobre el COVID-19 que “informará” las fases de recuperación en la nueva normalidad.
“Muchos soñaron imprimir tabloide para la recuperación”, indica la nota, que además indica la reestructuración de las brigadas nocturnas para que en el día se dediquen a la impresión de prensa local y por las noches, a la nacional.
Con colchones alrededor de las máquinas y rotándose los turnos de la impresión, los empleados pasaron su cuarentena en este centro, que terminó esparciéndose al menos a otras dos compañías del Estado: la empresa Camiones del Centro y Correos de Cuba.
