Escritor cubano Carlos Manuel Álvarez da negativo al Covid-19: “Ya puedo moverme”

Carlos Manuel Álvarez (Foto: Carlos Manuel Álvarez Rodríguez-Facebook)

Carlos Manuel Álvarez Rodríguez, periodista y director de la revista independiente El Estornudo, dio negativo a la prueba del coronavirus y según los protocolos del Ministerio de Salud Pública (Minsap) ya puede moverse libremente.

Según explicó el reconocido autor en sus redes sociales, en la tarde del lunes la directora de Epidemiología del capitalino municipio de Playa acudió al domicilio donde se aloja, para informarle sobre el resultado de su segunda prueba PCR. Asimismo, la especialista le pidió que se mantuviera localizable y notificara, en caso de presentar algún síntoma propio de la pandemia.

“Pero ya puedo moverme por la ciudad”, aclaró Carlos Manuel.

“La patrulla en la calle, me dijo la policía el jueves, era para garantizar el cumplimiento de mi cuarentena. Espero mañana poder pisar las calles de La Habana, que no lo he hecho todavía. Gracias a todos”.

El periodista independiente arribó a la Isla procedente de un vuelo de Nueva York y se acuarteló el pasado 24 de noviembre en la sede del Movimiento San Isidro junto al grupo de activistas, quienes llevaban días en huelga de hambre como protesta por la arbitraria detención del rapero Denis Solís y su condena de 8 meses.

El jueves, en horas de la noche, policías disfrazados de médicos irrumpieron de forma violenta en la vivienda, ubicada en Damas 955, La Habana Vieja, sacando a los opositores bajo la justificación de haber violado los protocolos de prevención del coronavirus y que el PCR de Carlos Manuel había dado “alterado”.

El encierro político del escritor

Conforme a uno de los primeros relatos ofrecidos por el periodista tras su detención, fue esposado y trasladado al policlínico de 5ta y 16, en Miramar, donde le realizaron —sin su consentimiento— una segunda prueba PCR. Además, le advirtieron que sería vigilado hasta el domingo, lo que él calificó de encierro político.

“El terror que tuvo que implementar ayer el régimen había sido visto desde antes por nosotros como una victoria, porque sabíamos que si me negaba a hacerme el PCR fuera de allí (cada uno de los plantados y los huelguistas pidieron que me quedara con ellos y no saliera) ellos tendrían que acudir a un punto de violencia que los volvía a desnudar. Fue lo que sucedió”, indicó en aquel entonces.

“Antes de romper la puerta y de que entraran como una tromba, uno de ellos dijo: ‘No lo queremos hacer así’. Y le dijimos: ‘Así es como ustedes lo hacen’”.

“Me provoca muchísimo dolor, y hoy debo escribir la larga crónica de estos acontecimientos, porque mi mirada y mis apuntes las fuerzas represivas no la pueden confiscar. Mi cabeza no puede trabajar de manera más o menos decente y manejar también tamaña vileza gratuita. Mi pensamiento, y todo lo que ahora mismo puedo llamar yo, siguen en Damas 955 y en esa personas. Algunos, amigos muy cercanos; otros, personas que no conocía pero que ya no podría nunca dejar de conocer. Sigo en Cuba, digo, y sigo puesto”, concluyó.