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Fábrica de medicamentos líquidos en Cuba produce la mitad de su capacidad
La entidad farmacéutica es la única de su tipo en el país
La Empresa Laboratorio Farmacéutico Líquidos Orales, Medilip, solo está produciendo la mitad de los medicamentos para los cuales tiene capacidad instalada y, según el diario oficialista Granma, la culpa es del “bloqueo de Estados Unidos a Cuba”.
Medilip, instalada en Bayamo, la capital de la oriental provincia Granma, es la única fábrica de su tipo en Cuba. De los 50 productos que una vez se lograron a base de suspensiones, soluciones y emulsiones, en la actualidad apenas se producen 25 tipos.
Efrén Rodríguez Lora, director general de Medilip, reconoce que entre las medicinas que han dejado de producir desde el 2019 están “varios medicamentos muy demandados por la población, como los complejos vitamínicos, los productos en gotas y la línea de productos naturales, que incluye los jarabes anticatarrales Ambroxol, Orégano y Caña Santa, entre otros”.
Los fármacos que no han dejado de producir, como los de uso exclusivo en hospitales, también se han visto afectados pues no se fabrican en la misma magnitud.
El motivo de la baja cobertura de estos medicamentos de uso hospitalarios se debe a la “poca reserva de materias primas e insumos importados, como tapas, envases y los frascos de 15, 30, 60, 120 y 240 mililitros”.
Los directivos alardean de que el gobierno tiene el dinero para comprar las materias primas en el exterior, pero el embargo se lo impide. Resulta imposible de creer que EEUU sea el único proveedor de tapas y envases plásticos que tiene el gobierno cubano. Los mercados asiáticos que son aliados del régimen comunista, como China y Vietnam, son comerciantes naturales de estas materias primas.
El artículo del diario Granma refiere además que la situación de la empresa farmacéutica ha incidido negativamente en los salarios y estímulos de sus 430 trabajadores, entre los que se encuentran operarios, técnicos, especialistas, investigadores y desarrolladores.
Medilip fue inaugurada en 2013, pero desde entonces tampoco ha contado con las piezas de repuesto y el mantenimiento adecuado, por lo tanto, en la actualidad es común que le quiten una pieza a una maquinaria para arreglar otra.
“El espíritu general en la fábrica siempre ha sido el de echar para adelante; si hay que quitar un componente de una máquina para que otra funcione se hace, si hay que trabajar un feriado aquí estamos, o si hay que quedarse después del horario habitual lo hacemos, pero para quienes nos encontramos directo a la producción en turnos de trabajo de 12 horas, el pago de las utilidades no ha sido todo lo bueno que quisiéramos”, se quejó el operario Edilberto Agüero Rubiet.
El llamado ordenamiento monetario ha sido un desastre para las finanzas de la fábrica, pues al igual que el resto de la economía cubana, entró en pérdidas rápidamente. Por ejemplo, la difenhidramina en suspensión para niños, que tiene un precio de venta a la población de 0,50 centavos, producirla cuesta alrededor de 8 pesos. En estos casos la empresa solicita un subsidio de parte del Ministerio de Salud Pública (Minsap).