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Periódico Cubano

La identidad nacional y el pensamiento cubano a principios del siglo XIX

HISTORIA DE CUBA

La identidad nacional y el pensamiento cubano a principios del siglo XIX

A principios del siglo XIX, La Habana ya se había transformado en uno de los centros económicos más importantes para la Corona española en el Nuevo Mundo.

Si bien durante el siglo XVIII la riqueza provenía mayormente de los servicios portuarios y la producción para mantener las flotas de las Indias custodiadas por la Armada Real, desde finales de ese siglo y a principios del XIX, otros renglones fueron ganando en importancia en la misma medida que el sistema de flotas entre La Habana y Sevilla-Cadiz, fue perdiendo su exclusividad.

Muchos productores encontraron en el comercio ilegal una salida a sus elaboraciones. La llegada de nuevos inmigrantes —principalmente de canarios—, la expansión de las vegas de tabaco, la extensión de la ganadería y los cultivos en los mismos terrenos dejados por los bosques talados para abastecer el astillero de la capital, reanimó la economía colonial.

La introducción de nuevos métodos de explotación en los ingenios azucareros y los cambios legislativos que permitieron la importación de esclavos como mano de obra principal, sentarían las bases en un sector que definiría y daría una identidad a la economía nacional.

La Generación del 1792

Al frente de esta riqueza, además de la Corona, los comerciantes españoles y los militares de turno, fue surgiendo un grupo de hacendados criollos, liderados intelectualmente por Francisco de Arango y Parreño, y en cuyo círculo se integraba el clan azucarero de los Aldama-Alfonso.

El grupo se propuso hacer que el poder económico que ostentaban se correspondiese con un liderazgo dentro de la sociedad, para ello recurrirían a la cultura como instrumento.

Francisco Arango y Parreño

Francisco de Arango y Parreño (1765 – 1837) fue un político y hacendado criollo de gran labor en el movimiento reformista de principios del siglo xix en Cuba. (Litografía © Biblioteca Nacional de España)

Arango y Parreño, al igual que muchos de sus compatriotas, no estaba de acuerdo con la condición colonial de Cuba, pretendiendo gozar de los mismos privilegios que los peninsulares. No obstante, fue el más brillante expositor del proyecto socioeconómico de la Ilustración Reformista y el de mayor agudeza política de la también llamada Generación del 1792

El reformismo ilustrado

El reformismo ilustrado fue una de las principales corrientes ideológicas de principios de siglo, y tuvo como centro al obispo de La Habana, Juan José Díaz de Espada Fernández y Landa.

Dentro de ella existieron dos puntos de proyección que fueron el Real y Conciliar Colegio Seminario de San Carlos y San Ambrosio y la Real Sociedad Económica de Amigos del País. Las acciones de este nuevo grupo se encaminaron más a la esfera social y al pensamiento, que a la economía colonial.

En general, sus integrantes no mostraban una ideología homogénea, pero sí un apego a las políticas modernas, posiciones descentralizadoras y autonómicas. El enaltecimiento de los elementos cubanos en formación, fue un proceso sobre el cual quisieron incidir.

Obispo de Espada

Juan José Díaz de Espada y Fernández de Landa, más conocido como Obispo Espada, (1756 – 1832) En clérigo muy especial, dotado de una preclara inteligencia unida a una energía poco común. (Pintura © Museo Nacional de Bellas Artes de Cuba)

El obispo de Espada, con sus ideas antirracistas, antiesclavista, antilatifundista y crítico de la oligarquía, encabezó un proyecto de desarrollo que tuvo como base a la pequeña propiedad agraria. Es de señalar, que dentro de esta corriente se formaron figuras como los sacerdotes Félix Varela y José de la Luz y Caballero; los intelectuales José Antonio Saco, Felipe Poey y Domingo del Monte.

El anexionismo del siglo XIX en Cuba

El anexionismo fue respaldado por los de hacendados preocupados por mantener la esclavitud. La anexión de Cuba a la joven nación del norte garantizaría la continuidad de una economía mayormente agraria y aliada a los esclavistas de los estados del sur.

Agrupados principalmente en el «Club de La Habana», los anexionistas llevaron a cabo gestiones para la compra de la Isla por parte de Washington, así como la idea de una invasión encabezada por algún general estadounidense contra de España.

Cabe destacar, las actividades del general venezolano Narciso López, quien luego de servir en el ejército español; conspiró contra la Corona y condujo sobre Cuba dos fracasadas expediciones.

La primera en 1850, izó por primera vez la bandera de la estrella solitaria, el pueblo costeño de Cárdenas (Matanzas). Posteriormente y en una segunda expedición, López fue capturado y ejecutado por las autoridades coloniales en 1851.

Narciso López Anexionismo Bandera Cubana

López fue conducido a La Habana el 31 de agosto y ejecutado por alta traición, mediante garrote vil, en la mañana del 1 de septiembre de ese año en la explanada del castillo de la Punta: se convirtió posiblemente en la figura más controvertida de la historia de Cuba. (Foto © Ecured)

El independentismo

Sus orígenes más tempranos se remontan a 1810, al descubrirse la conspiración independentista liderada por Román de la Luz.

En 1820, y bajo los aires de emancipación latinoamericana, se produce un auge visiblemente independentista con la proliferación de logias masónicas y sociedades secretas; alcanzando un punto máximo en las abortadas conspiraciones de Soles y Rayos de Bolívar (1823) y la Gran Legión del Águila Negra (1830), alentada desde México.

La verdadera consolidación del pensamiento independentista en las futuras generaciones, la llevaría a cabo el sacerdote Félix Varela Morales, definido por Jose de la Luz y Caballero como «el que nos enseñó primero en pensar».

Si bien primeramente abrazó y formó parte de las tendencias reformistas de la época, Varela como educador, político sagaz y filósofo; terminó defendió el principio de que Cuba debía ser independiente de España, y que esa independencia solo sería real si se lograba con los propios medios y por los propios naturales de la Isla.

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Si bien primeramente abrazó y formó parte de las tendencias reformistas de la época, Varela como educador, político sagaz y filósofo; terminó defendió el principio de que Cuba debía ser independiente de España. (Foto © Ecured)

Condenado a muerte por sus ideas, tuvo que marchar al exilio. Falleció en San Agustín, Florida, en 1853. Si bien las circunstancias, tanto internas como externas, no resultaban favorables al independentismo, gracias a Varela el pensamiento separatista no tardarían en fructificar.

Hasta 1867 muchos criollos todavía tenía la esperanza de que algunas reformas bastaban para aumentar la prosperidad dentro de la Isla, al fracasar la Junta de Información convocada por el gobierno español para revisar su política colonial en Cuba; no les quedó a los terratenientes casi arruinados de Oriente otro camino que no fuera el radical independentismo.

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1 Comment

1 Comment

  1. Axner González

    6 noviembre, 2022 - 6:42 AM at 6:42 AM

    Muy bueno artículo gracias por enseñar un poco más de la cuba colonial

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