Gobierno cubano aumentará la cría de langostas para la exportación

Langosta, un lujo del que el régimen presume, pero pocos cubanos han probado y que alcanza elevados precios en el mercado informal. (Foto ilustrativa: Periódico Cubano)

El gobierno aumentará la cría de langostas, pero no será para el consumo de los cubanos. El pueblo debe conformarse con el escaso pollo de la bodega, mientras los productos del mar son exportados.

La Empresa Pesquera Industrial de La Coloma (EPICOL), ubicada en la provincia Pinar del Río, prepara un vivero para potenciar a ese crustáceo y venderlo vivo en el mercado internacional, donde tiene alta demanda.

“Es un proyecto que más que aumentar la cantidad de producto a exportar, eleva los valores económicos de la empresa y es un surtido y un cliente más al que le vamos a llegar”, afirmó Ray Leonar Sánchez Ramírez, director de Tecnología y Calidad de EPICOL, en declaraciones a la Televisión Cubana.

Los estanques posibilitarán conservar durante 72 horas las langostas para luego ser trasladadas a los sitios receptores en el extranjero. “Este es un producto que llega vivo y que se recupera después” en otros depósitos, de manera que el cliente pueda elegir cuál desea consumir.

La inversión de la instalación es de dos millones de pesos y tendrá capacidad para la producción de dos toneladas diarias, aunque según el directivo todo dependerá de la demanda.

Mientras esto ocurre y los servicios de noticias de la Televisión Cubana alardean de ello, millones de personas en el país se las ingenian para servir sus mesas. La langosta es un producto de lujo, reservado fundamentalmente para directivos y extranjeros, en una Isla. Es algo así como el colmo de vivir rodeado de mar y no saber o recordar a qué saben el pescado, los camarones y otros mariscos.

En noviembre de 2021, los gobiernos de Cuba y China firmaron acuerdos para vender en los mercados asiáticos camarón blanco y marino. Según afirmó en ese momento Carlos Miguel Pereira, embajador de La Habana en Pekín, los convenios reforzarían “las grandes potencialidades existentes allí para los productos pesqueros cubanos”.

Los cubanos están cansados de “negocios” y “colaboraciones” que en nada les favorecen. Los directivos firman, exportan la escasa comida y para el pueblo nada cambia, o sí, pero para peor.

Quienes deseen comer langosta, pescados u otros productos del mar en Cuba deben acudir al mercado informal, donde los precios son exorbitantes. Al hacer esto, además del duro golpe para el bolsillo, recurren a alimentos provenientes de la pesca furtiva, la cual es sancionada con multas de 5.000 CUP y decomisos.