Gobierno impide la entrada de las cenizas del joven cubano ahogado en el Río Bravo

Gobierno impide la entrada de las cenizas del joven cubano ahogado en el Río Bravo. (Foto: Yoannis Marquez-Facebook)

El gobierno de Cuba negó el permiso de entrada a las cenizas del joven que fue encontrado muerto tras intentar cruzar a nado en el Río Bravo en Reynosa, frontera de México con Estados Unidos.

La familia de Carlos Jorge Tomás Reyes solicitó la repatriación de sus restos para que sus seres queridos en Cuba, en especial su madre, tuvieran oportunidad de despedirse.

Su prima, Yoannis Márquez, explicó que la decisión del régimen se debe a que “solo permiten volar a los cubanos que están varados después del COVID-19”. La joven manifestó que rechazaron las súplicas para que un nacional cubano, el hermano del joven, Luis Carlos, pudiese entrar a la Isla.

La excusa pierde toda su validez si se considera que este 1 de julio se abrieron las fronteras para recibir turistas, cuya entrada no estará restringida aunque provengan de países de alto riesgo.

“Sabemos que el gobierno opresivo de Cuba no se preocupa por su gente, por eso le estamos pidiendo al gobierno de EEUU, incluso al presidente Donald Trump si es necesario que escuche nuestra súplica y nos permita estar juntos en el duelo”, dijo la joven.

Ante la difícil situación que enfrentan, la familia ha decidido emprender una campaña para solicitar visa humanitaria para el hermano de Carlos Jorge, quien se encuentra en México “varado y solo”.

Muerte del joven cubano en el Río Bravo

La joven explicó que la madre de Carlos Jorge quisiera tener las cenizas de su hijo con ella, poder guardarlos en su habitación y que la acompañe “espiritualmente”.

“Esperamos ser ayudados, esperamos estar unidos, esperamos no ser apartados, esperamos estar juntos como familia, después de todo, la familia lo es todo, y cuando un miembro de la familia necesita, tú tienes que estar ahí para ellos”, señala la petición de la joven.

El cadáver del cubano Carlos Jorge Tomás Reyes fue encontrado en una zona del Río Bravo de difícil acceso, inclusive para las autoridades mexicanas.

Hasta un día después de su hallazgo, el 29 de junio, pudieron recuperar el cuerpo, que ya se encontraba en estado de descomposición, por lo que tuvo que ser incinerado.

Aunque el régimen ya entró en la reapertura turística desde el 1 de julio hacia los Cayos de la Isla y espera abrir pronto el paso hacia todo el territorio aun con casos de COVID-19 todavía registrándose en Cuba y toda América, el paso a los restos del joven continúa negándose, lo que responda probablemente, no a la pandemia, sino a la intención que tuvo de escapar del territorio.