Hallan cadáver de un joven buzo en la Playita de 16 en La Habana

Rescatistas arribaron a la playa cuando el joven buzo fue reportado como desaparecido. (Foto: Alejandra Esguerra – Facebook)

Un joven cubano murió ayer sábado cuando se encontraba buceando en la Playita de 16, La Habana. Según lo comentado en un post sobre este hecho, el muchacho habría sufrido un infarto.

Usuarios en el grupo de Facebook Amigos de la Playita de 16 señalaron que el cuerpo fue sacado por el río. Algunos dudan del ataque cardiaco, pues el buzo apareció sin el tanque y el cinto con los plomos.

Al lugar arribaron rescatistas para buscar al joven cuando estaba reportado como desaparecido. Posteriormente, tras la aparición del cadáver, declararon su muerte y dieron paso al protocolo correspondiente.

“En paz descanse, recuerdo a ese muchacho perfectamente, siempre entraba solo por Poceta de 16 con todo su equipamiento de buceo y dejaba su carro por 14, condolencias a familiares y amigos”, expresó la usuaria Zita Delmes.

La internauta Dulce María Domínguez Díaz recordó que hace dos años se perdió otro buzo en el mismo lugar y su cuerpo apareció en Santa Fe. En los comentarios también se recomendó realizar en compañía las prácticas de buceo. Las autoridades comunistas aún no han revelado la identidad de la víctima.

Buzos cubanos fallecidos en los últimos años

En los últimos años, ha habido múltiples informes sobre la muerte de buzos y pescadores submarinos en las costas cubanas. En septiembre del año pasado, se encontró el cuerpo de Hensley Boza, un pescador submarino de 19 años que había desaparecido cerca de la costa norte de Matanzas.

En mayo de 2022, el estudiante de Biología de la Universidad de Oriente en Santiago de Cuba, Gabriel Calante Álvarez, de 21 años, fue hallado tres días después de su desaparición en la playa El Sardinero, mientras realizaba un trabajo de campo.

También en diciembre de 2021, el cuerpo sin vida de Alfredo Alejandro Díaz Alemán, otro joven cubano que practicaba apnea submarina, fue encontrado a 30 metros de profundidad en playa Caleta, al norte de Matanzas.

“Quizás se confió demasiado y estuvo mucho tiempo en el agua con los contrapesos, sin percatarse del cambio de tiempo unas horas más tarde”, declaró Yuri Díaz Montenegro, padre de Alejandro, al ser entrevistado por el medio oficialista Granma.

El progenitor también dijo que Alejandro era un joven que disfrutaba desafiarse y superarse a sí mismo, y le gustaba probar sus límites de resistencia bajo el agua y cuánto podía llegar en profundidad.

Varios posts en redes sociales confirmaron que era común para él llevar a cabo estos ejercicios diariamente, lo cual hizo que fuera extraño que pasara tanto tiempo sin comunicarse con nadie.