Hijos del dictador cubano se presentan en la Universidad de Camagüey, foco de protestas estudiantiles

‘D’ Cuba’ se presentó en la Casa de Altos estudios como parte de las celebraciones por los 55 años de fundada. (Foto: Universidad de Camaguey-Facebook)

Los hijos del presidente no electo, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, se presentaron en concierto esta semana en la Universidad de Camagüey, uno de los principales epicentros de las manifestaciones estudiantiles en la Isla.

Miguel y Jenny son fruto del matrimonio entre el sátrapa antillano y la odontóloga Marta Villanueva, originaria de la provincia de Villa Clara. Ambos, forman parte de la banda musical D’ Cuba, aunque entre la población son más conocidos como Los Canelitos.

Según declararon medios universitarios, la banda se presentó como parte de las actividades por el 55 aniversario de la Casa de Altos estudios, la primera fundada por el régimen castrista en la Isla.

Cabe recordar que una de las primeras protestas masivas en territorio camagüeyano, después del 11J del 2021, tuvo lugar precisamente en esta institución docente durante el mes de junio de este año, debido a la falta de agua y electricidad, y donde se cantaría por vez primera el estribillo “¡Pongan la corriente, pin…!”

Irónicamente, la noche del concierto del grupo D’ Cuba, no se reportaron apagones en el centro universitario.

“Sin más pretensión que la de ser jóvenes músicos cubanos, llenos de humildad, sencillez y ganas de hacer feliz con su arte y talento a los universitarios camagüeyanos, la agrupación gustó a una multitud que en varios de sus temas musicales los acompañó con la voz y el baile”, indica el reporte del medio estudiantil.

Así mismo, Miguel Díaz-Canel Villanueva le refirió su agradecimiento por la invitación a Santiago Lajes Choy, rector de la Universidad de Camagüey, con quien posó para una foto.

La lujosa vida de Los Canelitos ha sido expuesta en varias ocasiones por la prensa independiente, pues los medios oficialistas no se pronuncia acerca de los privilegios que disfrutan tanto ellos, como el resto de la parentela de la cúpula cubana, mientras el pueblo se debate en la miseria y los apagones.

De tal suerte que estos personajes devenidos en músicos, se paseen por las calles de La Habana en lujosos autos valorados en más de 200 mil dólares, algo que ganaría un médico cubano en unos 800 años de trabajo.

Así que, de vez en cuando y para mantener las apariencias, bajan de su pedestal de dioses fabricados y se dejan fotografiar como estrellas de rock junto a los pobres mortales que, después del concierto, volverán a los apagones y las condiciones casi inhabitables de su residencia estudiantil.