Imponen seis meses de vigilancia y control policial al rapero opositor El Funky

Las autoridades cubanas recrudecerán el hostigamiento policial contra el músico contestatario (El Funky – Facebook)

El rapero opositor Eliecer Márquez Duany, conocido como El Funky, denunció las amenazas y sanciones que recibió este jueves por parte de la policía cubana. Debido a su vínculo con el Movimiento San Isidro y a su música contestataria, le ha sido impuesta arbitrariamente una estricta vigilancia y monitoreo policial durante los próximos seis meses.

De esta manera, en el transcurso del próximo medio año se redoblará el hostigamiento policial en contra del artista, quien por lo pronto deberá acudir una vez al mes a una reunión en la que le seguirán cuestionando sus acciones, las cuales no son ilegales, sino «políticamente incorrectas» en el sistema opresor vigente.

La policía interpuso justificaciones que transitan de lo despótico a lo ridículo y falso. Le comunicaron que será vigilado debido a las multas y detenciones que le han imputado durante las últimas semanas, así como por ser considerado como un ciudadano desocupado según el criterio de las autoridades.

«En la estación de Cuba y Chacón me dijeron que por mis vínculos con el movimiento San Isidro, por las multas y detenciones que había tenido y por estar desocupado, iban a ponerme un control de seis meses, durante el cual me citarían al menos una vez al mes a reunión y me harían un seguimiento», escribió El Funky en su cuenta en Facebook.

Poco antes de ser liderado del interrogatorio policial que se extendió por varias horas, su amigo y colega Maykel Osorbo había denunciado en Facebook el terror que el gobierno está propagando en la Isla, refiriendo además el cerco policial que mantienen en la sede de la Unpacu, razón por la que varios miembros de la organización se encuentran en huelga de hambre.

El también rapero contestatario condenó otras acciones represivas de este jueves, pues la periodista independiente Iliana Hernández y un grupo de sus amigos fueron detenidos arbitrariamente cuando caminaban por la calle Obispo, en La Habana.

En referencia a su vínculo con el Movimiento San Isidro, El Funky defendió el derecho de toda persona a escoger sus amistades sin que se le incrimine por ello, porque no es un delito. Las detenciones a las que ha sido sometido tampoco fueron debido a infracciones de la ley, sino por solicitar información sobre amigos injustamente arrestados.

Además, reprochó que esgrimieran como pretexto para vigilarlo las multas que ha recibido, pues han sido por supuestos incumplimientos de las normas sanitarias, como muchos otros cubanos a quienes no se les vigila por ese motivo. La respuesta que recibió ante su defensa fue odio y amenazas.

«Yo expliqué que tenía derecho a escoger mis amigos, que las multas que tenía por el nasobuco no eran diferentes a las mismas que le habían puesto a la gente común en la calle y que las detenciones eran por haber ido a averiguar por amigos presos injustamente. Uno de los tenientes se puso agresivo y empezó a ofenderse, a decirme que era un contrarrevolucionario como todos los de San Isidro, que teníamos el tiempo contado y que me iba a echar el peligro», aseguró.

El Funky colaboró en el exitoso tema musical de artistas cubanos Patria y Vida (El Funky – Facebook)

El gobierno insiste en presentar a sus detractores en la Isla como personas «desocupadas» y «marginales», con el objetivo de manipular la opinión pública y denigrar la causa de los opositores. Lejos de esta versión difamatoria, El Funky es un artista que produce su obra de manera independiente. Además, recordó que el gobierno lo despidió de sus trabajos anteriores.

«Mi respuesta fue que ellos eran los que me habían expulsado de mis dos trabajos, con el argumento evasivo de «órdenes superiores», y que por tanto yo era un artista independiente que hacía mis canciones y vivía de mi arte y de la colaboración de mis seguidores. Yo no soy un desocupado, me dedico a crear junto a mis amigos, y con nuestros esfuerzos, y ahora mismo estamos preparando un disco donde reflejamos la realidad de la gente de a pie», aclaró.

Denunció que el acoso policial no se limita a su persona, sino que también están aterrorizando a su familia:

«El jefe del sector fue el que me citó. Abordó a mi madre, no solo a mí, como para garantizar que fuera. Quiero recalcar antes de seguir que esta práctica de asediar a nuestras familias es de las cosas más bajas e inmorales y que demuestra el acoso de la que somos víctimas. ¿Por qué meterse con nuestras familias y sembrar el terror si nosotros todos somos adultos y conscientes de nuestros actos? Solo las mafias actúan así».

Ante el aumento del apoyo ciudadano a movimientos opositores como San Isidro, el gobierno muestra su evidente preocupación por la posibilidad de perder el control. La única respuesta que han encontrado ante este miedo es el recrudecimiento de la represión.

«Es evidente que ellos están nerviosos por el apoyo popular que tenemos, por nuestro vínculo con el barrio y no van a descansar hasta construirnos una causa y encerrarnos. Contamos con todos si eso pasa. No somos delincuentes. Somos creadores y queremos contar cómo vivimos todos y tener vida. Ya ha sido demasiada muerte y desesperanza», sentenció.