Inflación en Cuba: azúcar, frijoles y tomate son los alimentos que más subieron de precio

El frijol colorado volvió a situarse a la cabeza de la inflación, con una subida en noviembre del 15.2%. (Foto © Periódico Cubano)

Los precios de los alimentos en Cuba siguen creciendo de manera descontrolada, aunque el gobierno comunista intente presentar datos inflacionarios asociados a una desaceleración en el costo de la vida. En noviembre de 2023, el azúcar, los frijoles y el tomate experimentaron crecimientos de 9.93%, 13.4% y 15.2%, respectivamente, si se les compara con las tarifas que tenían el mes previo.

El economista cubano Pedro Monreal analiza los datos ofrecidos por la Oficina Nacional de Estadísticas e Información (ONEI) para indicar que Cuba ha experimentado una dinámica inflacionaria compleja y preocupante. A pesar de una disminución en la inflación interanual, las cifras de doble dígito en el crecimiento de los precios de productos y servicios de la canasta básica agravan las condiciones de vida de la población.

7/10 Los mayores precios de los alimentos y bebidas no alcohólicas “explican” 56,27 % de la inflación general de noviembre Alimentos como los frijoles, el azúcar y el tomate registraron notables incrementos mensuales en sus precios pic.twitter.com/18I5hB8i63

— Pedro Monreal (@pmmonreal) December 12, 2023

En general, la categoría de “Alimentos y bebidas no alcohólicas” fue responsable del 56.27% en la inflación general. Un porcentaje importante también correspondió a los precios de la gastronomía en la división “Restaurantes y hoteles”.

Para Monreal, la aparente contradicción de una disminución interanual de la inflación y una aceleración del Índice de Precios al Consumidor (IPC) con respecto a octubre, no lo es tal. En ese sentido, explicó que los datos son una “expresión de diferentes marcos temporales de medición”, pero las tensiones macroeconómicas continúan.

Inflación real versus la oficial

Existe una discrepancia notable entre la inflación oficial y la real. La inflación oficial anual ronda el 30%, una cifra ya de por sí elevada, pero no refleja el aumento de precios en el mercado informal, del cual se surte la inmensa mayoría de la población cubana. Lo anterior implica que la inflación real es aún más alta. Este fenómeno continúa erosionando el poder adquisitivo de la población, que ya enfrenta una situación económica desfavorable.

La forma en que se calcula la inflación en Cuba utiliza un enfoque de seguimiento de una canasta de bienes y servicios que representan los gastos típicos de un hogar promedio. Esta canasta incluye alimentos, vivienda, transporte, educación, atención médica y otros elementos esenciales; pero todo a los precios que tiene el sector estatal.

Es importante destacar que, en el caso de Cuba, el gobierno tiene un alto grado de control sobre la economía y puede influir en los precios a través de políticas de subsidios y regulaciones. Esto puede afectar la forma en que se mide y se informa la inflación en el país.

Monreal explica que la inflación en Cuba tiene múltiples causas, incluyendo factores circunstanciales y geopolíticos. Sin embargo, los factores internos son fundamentales: ajustes en los precios relativos tras el “reordenamiento”, una escasa respuesta de oferta y un elevado déficit fiscal que contribuye a un exceso de liquidez.

“El instrumento de ‘estabilización macroeconómica’ que parece ofrecer un mayor margen antinflacionario al gobierno cubano es el hundimiento de salarios y pensiones como % del PIB. El ‘ordenamiento’ ha representado una ‘compresión’ brutal de la remuneración de trabajadores”, explicó el economista.