Inspectoras se infiltran entre boteros de La Habana para poner multas

La estrategia de las dos mujeres es hacerse pasar por pasajeras y subir a los almendrones. (Foto © Periódico Cubano)

Al menos una pareja de inspectoras de La Habana se está infiltrando entre los transportistas privados, popularmente conocidos como boteros, para poner elevadas multas, según denunció a la redacción de Periódico Cubano uno de estos emprendedores cubanos que se gana la vida tras el timón.

En condición de anonimato por temor a represalias, el conductor explicó que la estrategia de las dos mujeres, que trabajan para el régimen castrista, es hacerse pasar por pasajeras y subir a los almendrones para detectar si el conductor cumple con los precios topados establecidos de forma burocrática desde que subió el costo de los combustibles el pasado 1 de marzo.

Según asegura la fuente, las fotografías tomadas muestran el rostro de las dos inspectoras. El lector de nuestro medio pide a quien las identifique que exponga sus nombres y apellidos para que todos los transportistas privados de la capital las conozcan.

En muchos países, los inspectores de transporte tienen la autoridad para realizar inspecciones sin previo aviso o de manera encubierta si así lo requieren sus funciones. Esto se hace para garantizar que las evaluaciones sean genuinas y para detectar conductas que de otro modo podrían ser ocultadas durante inspecciones anunciadas. La legalidad de estas acciones se respalda por leyes y regulaciones comunistas que, presuntamente, buscan promover la seguridad y el cumplimiento de las normativas en el sector transporte.

Amenazan con decomisar vehículos a transportistas privados

Sin embargo, es raro que se llegue al decomiso del vehículo, tal y como sugirió recientemente el primer ministro Manuel Marrero Cruz.

Luego de aumentar un 500% el precio de la gasolina en todos los Servicentros del país, el dirigente castrista dijo que a todos los que suban la tarifa del pasaje se les puede llegar a quitar sus vehículos como medida extrema para que respeten las leyes.

“Hay que dejar claro cuáles son los precios establecidos y aplicar con todo rigor las penalidades para el que viole las reglas. Retirar la licencia operativa y si son reincidentes hasta el decomiso del vehículo”, explicó el coronel Marrero Cruz.

Según la versión oficial, los precios minoristas, aquellos a los que tiene acceso la población en general, fueron los que aumentaron de manera más drástica. En cambio, las tarifas para vender el combustible de forma mayorista se incrementaron “solo” al doble.

En teoría, todos los transportistas privados que están inscritos para ejercer esa actividad y poseen una licencia operativa tienen una asignación de combustible a precios mayoristas. Pero el gobierno ya estimó de forma burocrática cuánto es lo que debe ganar un transportista y, en consecuencia, fijó los precios que deben cobrar para cada ruta establecida dentro de La Habana.