OPINIÓN
Internet: el arma del pueblo que las dictaduras no soportan

Por medio de Etecsa, el régimen controla el acceso a internet en Cuba, respondiendo ante las protestas sociales con cortes masivos en el servicio, porque una dictadura no puede resistir la verdad en tiempo real. (Foto @ Periódico Cubano)
Hay una verdad que las dictaduras totalitarias no pueden rebatir: el acceso libre a la información es el peor enemigo del control absoluto. Y en esa batalla entre la opresión y la libertad, internet se ha convertido en el arma más poderosa del pueblo. Es la antorcha que alumbra los rincones donde se oculta la miseria, la censura, la mentira institucionalizada y el culto a la personalidad.
El comunismo: ideología del atraso
Donde el comunismo echa raíces, florece la ruina. No hay excepción. Sus promesas de igualdad y justicia social terminan invariablemente en represión, hambre, escasez, colas, miedo y control. Como bien sentenció George Orwell en Rebelión en la Granja: “Todos los animales son iguales, pero algunos animales son más iguales que otros”.
La frase retrata con precisión quirúrgica la falsa igualdad del sistema comunista: una élite blindada que vive del sacrificio del pueblo, mientras el ciudadano común sobrevive como puede. En Cuba, por ejemplo, más del 70% de los jóvenes quiere emigrar, según encuestas independientes; no por capricho, sino porque el sistema ha vaciado sus sueños y convertido el futuro en un castigo.
Internet: un espejo que rompe la mentira

Cuando el 11 de julio de 2021 el pueblo de Cuba salió a las calles al grito de “¡Libertad!”, fue gracias a los teléfonos móviles conectados a redes sociales. (Captura de pantalla © DW Español – YouTube)
Internet no solo informa: libera. Muestra al pueblo lo que el régimen le oculta: la vida digna que otros ciudadanos del mundo disfrutan, los derechos que les han robado, las verdades que los voceros oficiales falsean.
Por eso la dictadura teme a internet. En Corea del Norte, está prohibida. En Cuba, es lenta, costosa y vigilada. El régimen cubano se vio obligado a abrir internet móvil en 2018 por presión internacional, pero cada protesta organizada desde entonces ha sido reprimida con cortes masivos de conexión. ¿Qué otra prueba se necesita?
Cuando el 11 de julio de 2021 el pueblo de Cuba salió a las calles al grito de “¡Libertad!”, fue gracias a los teléfonos móviles conectados a redes sociales. Facebook, Twitter y WhatsApp fueron los medios de organización del pueblo. Y la respuesta del régimen fue cortar el acceso, porque una dictadura no puede resistir la verdad en tiempo real.
Censura, miedo y algoritmos oficiales
Las dictaduras intentan disfrazar la censura con “soberanía digital”, “protección de la moral” o “lucha contra la subversión”; pero, en realidad, le temen al criterio propio del ciudadano. La libertad de expresión es incompatible con el pensamiento único que necesitan para sostenerse. Como bien dijo Václav Havel, el disidente checo: “El poder de los sin poder radica en vivir en la verdad”.
Internet da ese poder. Y el régimen lo sabe. En Cuba, los voceros del Partido Comunista acusan a quienes informan en redes de ser “mercenarios digitales”. Los tildan de traidores, pagados por el “enemigo”. En realidad, son patriotas digitales que desde una cuenta de Twitter o un canal de Telegram desenmascaran al poder y despiertan conciencias.
Datos que el régimen no quiere que leas:
- En 2023, más de 200 periodistas y comunicadores independientes fueron hostigados en Cuba, según Article 19.
- Más de 60 sitios web están bloqueados desde la isla, entre ellos medios como 14ymedio, Diario de Cuba o Cubanet.
- Cuba es uno de los países con menor libertad de prensa en el mundo, según Reporteros sin Fronteras (puesto 172 de 180)
La dictadura no resiste la verdad
El comunismo es una maquinaria que solo sobrevive en la oscuridad, con el pueblo desinformado, intimidado y dividido. Internet rompe ese círculo. Permite unir a la diáspora con los de adentro, difundir denuncias, amplificar voces y, sobre todo, mostrar que hay alternativa, que hay vida más allá del “sacrificio eterno” al que han condenado generaciones.
Por eso internet es el cuchillo en la garganta de la dictadura. No puede desactivar cada móvil, no puede silenciar cada canal, no puede apagar cada mente despierta. Así las cosas.
No hay revolución más poderosa que la del conocimiento. Y no hay dictadura que sobreviva indefinidamente al flujo libre de la información. Por eso, cada vez que un joven cubano, venezolano, nicaragüense o norcoreano se conecta a internet, el régimen tiembla. Porque sabe que se le cae la careta, y detrás no hay nada más que miseria, atraso y control. Sigamos usando la red como un instrumento de resistencia; la libertad también se escribe en 4G.
