Iroel Sánchez culpa a Anyell Valdés de aterrorizar a sus propios hijos por no «sacarlos a tiempo»

La mañana del pasado lunes, las redes sociales se inundaron de imágenes sobre el vandálico acto de repudio cometido por un grupo de personas contra la activista Anyell Valdés Cruz en el municipio Arroyo Naranjo.

Valdés, quien se encontraba junto a su madre y sus tres hijos menores de edad, fue víctima de un crimen de odio por parte de funcionarios del PCC, miembros de los CDR y maestros de escuelas cercanas.

El grupo de represores lanzó ácido a la casa, sedó al perro de la familia e irrumpió en el portal para pintar las paredes y ventanas donde antes habían escrito las frases “Patria y Vida”, “Abajo la dictadura”, “Díaz-Canel, no te queremos”.

Este martes, el bloguero oficialista Iroel Sánchez culpó a Anyell Valdés del episodio de terror sufrido por sus propios hijos, al no sacarlos a tiempo del lugar. “En ningún momento intentan sacar del local a los niños para protegerlos de la situación que saben se va a producir”, escribió el vocero del régimen en Facebook.

O sea, en la lógica del ideólogo comunista, una violación sería culpa de la mujer por la ropa que vestía o el lugar por donde transitaba y no del propio violador.

Dentro del pensamiento retorcido de Sánchez, en ningún momento se cuestiona a los autores materiales del vandalismo, sino a los propios afectados por no saber huir a tiempo.

Otro elemento irrisorio en la postura de Iroel es que Aynell no es propietaria de la casa donde ocurrieron los hechos, una residencia que es ocupada por ella y su familia de la cual se ha negado a ser desalojada.

Entre líneas, Iroel desliza la idea de que al constituir una vivienda perteneciente a los Comités de Defensa de la Revolución (CDR), cualquier persona tiene el derecho a vandalizar o invadir este inmueble.

Igualmente se escuda en la falsa premisa de que lo sucedido fue una respuesta a intentos provocativos por parte de Valdés y el joven Osmel Adrián Rubio, miembro del Movimiento San Isidro.

“Supongo todos los que han escrito en las redes también lo hayan visto, pero me llama la atención, no se refieran al comportamiento de quienes filman desde dentro de la casa”, manifestó Iroel.

Según el vocero castrista, los activistas fueron los primeros en gritar y decir groserías, y que por tal motivo ellos mismos asustaron a los niños. Al parecer, para Sánchez los únicos que pueden tener voz y derecho a la ofensa en un acto de repudio son los que lo comenten, mientras que sus víctimas deben tener la obligación de quedarse callados.

Asimismo, cuestionó el hecho de que estuviesen transmitiendo en directo en Facebook y en diálogo hacia lo que catalogó como “la directiva de una publicación de Miami”.

Habría que preguntarle a Iroel si Anyell y Osmel Adrián hubiesen tenido la necesidad de transmitir en directo lo que sucedía y vociferar ante todos los presentes en caso de no ser agredidos en el propio lugar donde residen por una turba de personas.

Este tipo de defensas hace entrever que existirá todo tipo de impunidad desde el estado cubano para cometer los llamados “actos de repudio”, incluso si conllevan manifestaciones violentas como las acometidas este lunes a la luz del sol en Arroyo Naranjo.