La doble moral de Amaury Pérez con el cine independiente cubano

Trovador y presentador cubano Amaury Pérez Vidal. (Captura de pantalla © JVB – YouTube)

Amaury Pérez ha escrito un guion de cine. O sea, “una película”. El hijo ilustre de Consuelo Vidal, el hombre de la quijada pródiga más reconocida dentro de las artes y la cultura cubana, se encuentra desde hace un buen tiempo detrás del productor y realizador mexicano Santiago García Galván para que este, a través de su productora Ítaca Films, le financie el proyecto. Para que el material salga a la luz, evidentemente Amaury necesita dinero extranjero.

En Santiago, Amaury encontró el socio adecuado porque el mexicano es un eterno enamorado de Cuba y su gente; y Amaury siempre ha soñado con poder “hacer una película”. A todas luces, esta unión parece más inminente que la de la mermelada de guayaba con el queso crema.

De hecho, Amaury está adelantado. El trovador y ahora entrevistador de televisión tiene escrito ya un guion de cine basado en una novela escrita por él, la cual recientemente presentó en España: “El Infinito Rumor del Agua”.

Ahí no queda la cosa, hay más: Amaury ya le dio su guion a Santiago para que este le vaya resolviendo el dinero de manera “independiente” por allá, por México, ese país extranjero vecino, pues en Cuba el ICAIC no cuenta con los fondos para producírsela.

Contradictoriamente, el único artista cubano que puede competir con Kcho en haber sido más baboso con el “comandante” Fidel Castro, manifestó anoche durante la última entrega de su programa “Con 2 que se quieran” que tiene la impresión de que el cine independiente cubano «no es tan independiente».

Lo dijo tal y como lo resumió en Facebook la productora independiente Claudia Calviño: “Porque el dinero viene de algún sitio y esos encargos vienen por otra parte, y tú solo eres independiente si tú pones tu dinero, y es el tuyo y el de tres socios, y vamos a echar pa’lante, y en la misma medida en que viene un productor español, o americano o inglés, el asunto de lo independiente cambia un poquito”.

No por gusto lo que ha dicho ha provocado que se lo quieran comer vivo.

El cineasta Rafael Solís, a quien llevó como invitado al programa, incluso fue más allá y dijo que “nunca ha habido cine independiente en ningún lugar» y «la independencia es relativa”.

Sería interesante haber visto cual hubiese sido la respuesta de Solís si conociera que Amaury anda detrás de García Galván, como solía ir detrás de Fidel: “¡Comandante, Comandante!”.

Es más, si Amaury supiese que toda Cuba conoce su interés por usar una productora extranjera, usar dinero extranjero para producir y realizar de manera independiente “El Infinito Rumor del Agua”, probablemente no se hubiera atrevido a hablar la cantidad de sandeces que dijo, que tal parecen dirigidas a desacreditar a los realizadores cubanos de cine independiente, como apuntara el también cineasta Carlos Lechuga.

Más triste no ha podido ser el papel de Amaury después de viejo.

Recientemente, fue ignorado – o al menos no reconocido – por una joven funcionaria de la Aduana General de la República cuando intentó introducir al país por una de las terminales del Aeropuerto Internacional José Martí, unos chorizos mal prensados.

La joven, luego de haberle hecho esperar como suele hacer nuestra aduana con el resto de los demás pasajeros, le dijo que esos chorizos no estaban envasados correspondientemente y que, por tanto, debido a las regulaciones sanitarias, ella no le iba a dejar introducirlos. Al menos no al país.

Amaury comenzó a dar su petate, no sin antes decirle, o preguntarle “muchachita, ¿tú no sabes quién soy yo?”. El resto ya lo conocemos. Horas después, Amaury arremetió contra la Aduana en Facebook; y quitó el post luego de recibir una llamada “del más allá” tras convertirse su titingó en un “asunto de Estado”.

Desde entonces, y desde el Decreto 349, el 68, el #SomosContinuidad, Díaz-Canel en Twitter, ministros y funcionarios también, Amaury ha cambiado tanto, pero tanto, que varios buenos amigos que tenía -sí, en pasado- en la ciudad de Miami han comenzado a tomar distancia.

Amaury, sin embargo, viajará a Miami próximamente, como hace casi todos los años durante los Black Friday o los Thanksgiving Day, para cargar sus maletas. Este año, asumo, no importará chorizos a la Patria.

Artículo de opinión escrito por Siro Cuartel y publicado bajo la Política de Renuncia de Responsabilidad de Periódico Cubano