La fábrica de hacer dinero ¿Por qué algunos artistas en Cuba pueden y otros no?

Si vives en Cuba o alguna vez la has visitado y por pura casualidad pasaste por la capitalina Calle 26, seguramente te habrás topado con la Fábrica de Arte Cubano, alias F.AC. Sí, ese enorme gigante de hierro antiguamente dedicado a la producción de aceite y rehabilitado en 2014 por el músico X Alfonso como una galería, discoteca, bar, sala de conciertos y demás.

No recomiendo que lo visiten ahora, porque en plena cuarentena no hay mucho que ver.

Para aquellos que conocen un poco de Cuba o, por lo menos, saben algo de cómo funcionan sus picantes políticas con respecto a los negocios privados, debe saltar alguna que otra interrogante sobre este “espacio artístico multidisciplinario” que tanto dinero recauda.

Solo hay que recordar que F.A.C estuvo nominado en 2017 a los Premios Excelencias y dos años después, fue incluida en Worlds Greatest Places de la revista Time.

“Creada por el músico cubano X Alfonso (…) se ha convertido rápidamente en un bullicioso centro creativo de la ciudad. Dentro de las paredes restauradas del almacén cavernoso, encontrarán galerías, espacios de arte de performance y una pista de baile”, detalló en aquel entonces el rotativo estadounidense.

El segundo piso del espacio es, además, propiedad de Enrique Rottenberg, un argentino de ascendencia polaca, que cotiza muebles cubanos en la bolsa de valores del Reino Unido.

Ahora viene mi interrogante número uno: ¿Cómo? Sí, cómo dentro de un sistema totalitario que lleva el control de cada pequeño aspecto de la vida cotidiana puede un músico crear semejante negocio y lucrar con ello.

Mi pregunta número dos. ¿Por qué X Alfonso y no otro?

X Alfonso tiene en sus manos nada más y nada menos que la patente de corso, el ticket dorado que todo artista en la Isla necesita para hacer visible y rentable su obra: “una personalidad jurídica”. Una personalidad jurídica es una entidad, una empresa, una organización no gubernamental, un partido, etc., que tiene vida independiente de su creador.

En su afán de controlar cada minúsculo aspecto de la realidad, el Gobierno cubano compró a esas “mentes brillantes” con esta patente de corso. ¿Cómo funciona el proceso de selección? Bueno, el talento debe ser un ferviente defensor del llamado proceso revolucionario, pero su mira debe estar en pastos más verdes.

De lo contrario, chau. Si te faltan ejemplos, solo sintoniza el programa de Amaury Pérez, Con dos que se quieran.

Una vez que tienes personalidad jurídica, puedes abrir cuentas, poseer ostentosas propiedades, firmar contratos con entidades nacionales y extranjeras, ser diputado a la Asamblea Nacional del Poder Popular, exportar e importar. Incluso, puedes “abusar” de aquellos que nunca van a poder tener acceso a estas facilidades y cobrarles desproporcionados porcentajes por hacer legal su trabajo.

Artículo escrito por Manuel Milanés, empresario cubano, economista y experto en finanzas radicado en Estados Unidos. ¿Quieres mejorar tu negocio? Visita su página haciendo clic aquí