La Vocacional de Matanzas se encontraría en riesgo de derrumbe, asegura una de sus profesoras

Dora María Román Muñoz, una profesora cubana que ha trabajado durante más de cuatro décadas en el Instituto Preuniversitario Vocacional de Ciencias Exactas (IPVCE) Carlos Marx, de Matanzas, asegura que esta emblemática escuela se encuentra en un lamentable estado de abandono.

Dorita, como la conocen los miles de alumnos que han pasado por las aulas del IPVCE matancero, aseguró al diario oficialista Girón que “La vocacional ya no es la de antes”.

Tras 44 años de magisterio en la institución docente, esta profesora cubana ha ido contemplando como el paso del tiempo y la desidia se ha apoderado de lo que otrora sería uno de los centros más completos en la formación de los futuros universitarios.

Según refirió al rotativo, para ella resulta casi doloroso el tener que subir hasta la última planta de la vocacional, donde durante décadas impartió sus clases de Geografía, y ver lo poco que queda de su amada escuela, abandonada totalmente por el régimen antillano al igual que el resto de sus homólogas del país.

“A una, que ha vivido aquí, le duele que esté así, que mires a un lado y le falte esto, que mires al otro y le falte también algo”, aseguró la “profe”.

“Aquí había cinco comedores, se daban 11 turnos de clase, se iba al campo a trabajar y a la finca; sí, porque la escuela tuvo una finca, donde se vinculaban el estudio y el trabajo y los muchachos se quedaban 15 días”, recuerda nostálgica.

Las palabras de Dorita fueron respaldadas por Reiner de la Cruz Betancourt, quien también se desempeñó como maestro en la institución y recordó las graduaciones que hacían, con comida para celebrar y compartir, lo que ya no ocurre nunca en ningún centro debido a la escasez en la isla.

“Las graduaciones en el anfiteatro, aquellas sí que eran graduaciones; se hacían mesas suecas de comida con todas las de la ley, alrededor de la piscina, e incluso uno podía hasta bañarse en ella. El campo de marabú que bordea parte de la escuela era todo un terreno de pelota, había también dos bibliotecas”, recordó el profesor.

Pero este triste destino no es exclusivo del Carlos Marx. Sus homólogas de La Habana, Holguín y Santiago de Cuba, comparten el mismo triste espectáculo. En esta última provincia se reportaba, el pasado agosto, un derrumbe en el antiguo IPVCE Antonio Maceo Grajales, con un saldo de un fallecido y un herido.

Como todas las cosas en Cuba, estos centros considerados de élite, fueron olvidados por el régimen en cuanto al dictador Fidel Castro se le ocurrían nuevos proyectos en los que malgastar los recursos del país y nunca volvería a prestar atención a los centros de los que salieron algunos de los artistas y científicos más importantes del país.