Limitan venta de helado en la reapertura del Coppelia de La Habana

La queja más reiterada es que las bolas de helado eran más chicas, casi huecas en el medio, y con sabor a duro frío como si le faltase leche y azúcar. (Captura de pantalla: Frank El Makina – YouTube)

La emblemática heladería Coppelia, situada en el corazón del Vedado habanero, reabrió sus puertas el martes 28 de noviembre después de varias semanas sin servicio por falta de helado. Sin embargo, los clientes que acudieron se encontraron con restricciones en la cantidad de especializados que podían pedir, ya que la administración estatal impuso racionamiento en la venta por contar con bajos niveles de disponibilidad.

Según informes del medio independiente 14ymedio, también había poca variedad de sabores, al tiempo que el mal y lento servicio seguía sin cambiar. Pero quizás la queja más frecuente de quienes acudieron a la conocida “Catedral del Helado” fue el sentimiento de que las bolas de helado eran más chicas, casi huecas en el medio, y con sabor a duro frío como si le faltase leche y azúcar.

No obstante, por el estratégico lugar del Coppelia, las colas de los habaneros eran enormes para volver a tomar helado a precios menos caros que los que tienen los negocios particulares que se dedican a vender este sabroso y refrescante alimento.

La situación actual de Coppelia refleja una problemática más amplia de la economía estatal, que no dispone de leche ni para abastecer el compromiso de entregar un litro diario a los niños menores de siete años. El sistema de la agricultura no es capaz de abastecer a la industria, pues la masa ganadera ha disminuido considerablemente y los dirigentes del país alegan que en las arcas públicas no hay dinero para comprar leche en polvo en el mercado internacional.

En 1966, se inauguró Coppelia, una heladería que nació con la ambición de convertirse en un emblema de la Revolución Cubana y superar a las grandes marcas de helados capitalistas en términos de calidad y diversidad. Equipada con las más avanzadas máquinas de fabricación de helados importadas de los Países Bajos y Suecia, este icónico lugar fue bautizado como Coppelia en honor al ballet favorito de Celia Sánchez, secretaria de la Presidencia y confidente de Fidel Castro.

Situada en una concurrida zona del Vedado, entre las calles 23 y 21, Coppelia se convirtió en un punto de referencia y un punto de encuentro muy popular entre los habitantes locales. Su notoriedad aumentó aún más cuando se utilizó como escenario para una escena en la película cubana “Fresa y Chocolate”.

En su apogeo, la sucursal de Coppelia en el Vedado empleaba a más de 400 personas y servía alrededor de 35.000 clientes todos los días, ofreciendo una sorprendente variedad de hasta 26 sabores y 24 combinaciones con dulces y galletas.

Sin embargo, con el paso de los años, Coppelia ha experimentado un declive constante. A pesar de una renovación realizada hace cuatro años, no logró recuperar su antiguo esplendor. Factores como la pandemia de Covid-19, la implementación de reformas económicas y la disminución de la calidad del producto han contribuido a su deterioro. En muchos aspectos, la historia de Coppelia refleja la decadencia generalizada del régimen castrista.