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Lis Cuesta desata furia con sus gafas Gucci ¿Quién paga el lujo de la ‘no primera dama’?
El lujo de Cuesta es símbolo del fracaso de un sistema que se vendió como igualitario

Lis Cuesta se ha ganado el desprecio del pueblo. (Captura de pantalla © Gobierno de México – YouTube)
Lis Cuesta, esposa del gobernante cubano Miguel Díaz-Canel, protagonizó un nuevo escándalo internacional tras aterrizar en la capital hondureña luciendo unas gafas Gucci valoradas en más de 800 euros.
La escena, captada en video, muestra a Cuesta bajando de un avión privado, con gafas que se oscurecen automáticamente ante el sol, provocando una ola de indignación en redes sociales.
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El modelo, Square Acetate and Metal, cuesta unos 300 euros, pero con cristales polarizados con aumento, su precio asciende fácilmente a los 800 euros, una cifra inalcanzable para millones de cubanos que sobreviven con un salario mensual inferior a los 20 dólares.
¿Quién paga el lujo de Lis Cuesta?
La pregunta que se repite en cada comentario y análisis es clara: ¿con qué dinero se financian estos lujos? La respuesta está en el propio sistema: Lis Cuesta se puede permitir ese nivel de vida gracias a las remesas que recibe la dictadura de parte de sus exiliados.
Es un ciclo perverso, en el que el dinero que envían los cubanos desde el extranjero, obligados por la necesidad de sostener económicamente a sus familias, termina financiando los privilegios de la élite que los obligó a irse a del país.
Mientras las familias cubanas hacen filas para comprar pan o jabón, Cuesta desfila con vestimentas costosas, maquillaje de marca y accesorios de lujo. “Cuba presume al mundo su camada de comunistas adictos al capitalismo de lujo”, comentó un usuario en X, antes Twitter.
La cultura como fachada para sostener el poder
En el discurso oficial, Cuba no tiene primera dama. Sin embargo, Cuesta aparece constantemente en eventos culturales, foros internacionales y giras de alto nivel, proyectándose como figura central del régimen. Su estilo ostentoso y su protagonismo desentonan con el ideal igualitario que pregona la propaganda revolucionaria.
Lis Cuesta ha sido promotora de eventos culturales cuyo objetivo, según el gobierno, es “fortalecer la identidad nacional”. Sin embargo, muchos los interpretan como mecanismos para atraer divisas extranjeras destinadas a sostener la estructura de poder. En este contexto, la cultura se vuelve un salvavidas económico para unos pocos.
Entre la miseria y el exilio: la paradoja cubana
La inflación, la escasez y la represión forman parte del día a día del cubano de a pie. A esto se suma un éxodo sin precedentes: más de medio millón de cubanos han abandonado el país en los últimos años, buscando una vida que la isla ya no ofrece.
En este escenario, el lujo de Lis Cuesta no es solo un escándalo pasajero. Es un símbolo del fracaso de un sistema que se vendió como igualitario, pero que terminó beneficiando a una casta privilegiada. La imagen de Cuesta con gafas de diseñador, saliendo de un jet privado, es ya un ícono del cinismo revolucionario.
