Luis Manuel Otero Alcántara afirma que fue torturado en el hospital Calixto García

Otero Alcántara en su ingreso al hospital Calixto García. (Collage: Canal Caribe-YouTube)

El artista cubano Luis Manuel Otero Alcántara asegura haber sido torturado durante su estancia en el Hospital Calixto García, donde fue internado a la fuerza por 29 días.

En entrevista para ADN Cuba, el líder del Movimiento San Isidro (MSI), quien fue liberado este 31 de mayo tras recibir el alta médica, señaló al Ministerio de Salud Pública (Minsap) por su complicidad en los tratos que recibió durante su hospitalización.

Aunque el comunicado de la Dirección Provincial de Salud de La Habana, donde se informó de su liberación, aseguró que el ingreso fue “voluntario” y que contaban con una firma que lo prueba, Otero desmintió esto y dijo que todo fue contra su voluntad.

“Yo no tengo que estar en un hospital, sano. Eso era una prisión y el Ministerio de Salud pública estaba prestado, literalmente, para todo lo que conmigo pasara allí, y lo que pasaba allí”, declaró.

Refiere que lo más “duro” de haber permanecido encerrado fue la desinformación, pues nunca pudo comunicarse con nadie ni sabía lo que sucedía fuera del hospital. En ese sentido, expresó su enojo por la detención de los activistas que trataron de visitarlo, comunicarse con él o exigieron su liberación.

“Estoy molesto, sobre todo por saber que mis hermanos Maykel Osorbo, Esteban Rodríguez y otros están presos ahora mismo. Eso no me deja estar tranquilo. A nivel físico creo que estoy bien, pero sobre todo mi cabeza no está bien con eso de que Esteban y Maykel, y tantos otros, también estén presos”.

Ante la pregunta directa del periodista Héctor Valdés sobre si había sufrido torturas durante su hospitalización, Otero aseguró que sí.

“Ahora, ¿tortura? Por supuesto. Hay millones de tipos de torturas: Que me metas a mí en un aire acondicionado 24×24 (27/7, todo el día todos los días), que tú me tengas un bombillo encendido, de 40v, las 24 horas durante 15 días, y que tengas que dormir con esa luz y no sabes si lo haces de noche o de día, sin tener con quién hablar… Eso es tortura”.

El activista y artista contestatario señaló que permanecía vigilado las 24 horas por guardias que no lo perdían de vista. Ni siquiera en el baño tenía privacidad, pero lo que más lo molestaba eran las luces encendidas en todo momento, aunque esto es usual en la mayoría de los hospitales.

Solo cuatro médicos y dos enfermeras estaban autorizados a entrar al cuarto donde lo tenían recluido, y cada vez que lo hacían los agentes registraban sus señas de identidad, horas de ingreso y salida.

Se refirió a los médicos que lo atendieron como “instrumentos de la Seguridad del Estado”, y afirmó que “no estaban ahí por gusto”. Estaban bajo mucha presión y mucho estrés, pues les habían recalcado que “él no se puede morir”.

Las declaraciones de Otero desmienten entonces los rumores de terapias de electrochoques, aplicación de drogas y otras torturas físicas extremas que se había comentado le aplicaban en el hospital.

También disipa, al menos de momento, el temor que había entre otros activistas de que le hayan inoculado enfermedades.

Otero refirió que, a su salida del hospital, no lo amenazaron abiertamente, pero sí le “advirtieron” que no hiciera nada por sus “hermanos”: Maykel Osorbo y Esteban Rodríguez, recluidos en Pinar del Río y Valle Grande, respectivamente.

“Me dijeron que esperaban que yo no hiciera nada (…) Eso no cabe en la cabeza de nadie, y mucho menos en la mía, ustedes me conocen”, respondió el artista a los represores.

“Espero que los suelten, porque de lo contrario tendrán que meterme en otro ‘Calixto García’”, sentenció.