Manuel Marrero sobre la entrega de paquetes en Cuba: “nos queda poco tiempo”

El primer ministro cubano Manuel Marrero Cruz volvió a checar la situación de la entrega de paquetes enviados al país y constató la demora en la entrega por parte de las agencias transitarias propiedad del Estado, por lo cual dijo que “queda poco tiempo” para cumplir la meta trazada hace unos días.

Durante las primeras reuniones con los máximos jefes de las oficinas de Correo de Cuba, Aerovaradero, Grupo Palco y otras agencias transitarias, se comprometieron a terminar con los retrasos que tienen de hace más de un año antes de que culmine el actual mes de octubre.

Marrero Cruz discutió con las empresas más rezagadas en el despacho de los bultos, que son Aerovaradero, Empresa de Mensajería y Cambio Internacional del Grupo Empresarial Correos de Cuba, y el Centro de Agrupe y Desagrupe de la Empresa Transcargo.

De igual forma, se señaló que las provincias donde se concentran las mayores demoras de entregas son La Habana, Matanzas, Villa Clara, Camagüey y Holguín.

En los próximos meses se pretende entrar en una “etapa de certificación a través de la cual sea posible dejar en claro el estatus de cada carga pendiente, y de las causas por las cuales no está en manos de sus dueños”.

La aspiración de las empresas estatales es crear un “mecanismo de entrega normal” que permita que el envío pueda llegar a manos de su destinatario en un plazo no mayor a los 30 días.

Desde que inició la pandemia, con las posteriores restricciones de vuelos a la Isla, la comunidad cubana en el exilio ha optado por aumentar el envío de paquetes e incluso ha aprovechado la flexibilidad de la eliminación de aranceles para los productos de aseo, medicinas y alimentos.

Con estos recursos el gobierno cubano ha paliado la crisis y el malestar popular que genera el desabastecimiento generalizado que hay en el mercado interno por la mala gestión de las autoridades comunistas.

Es por ello que tras varios escándalos de retraso y pérdida de paquetes, hayan echado a andar una campaña para intentar lavar la imagen de estas agencias estatales que acaparan el monopolio de la entregada de paquetes.

Marrero Cruz terminó exigiendo flexibilidad en cada análisis que se haga “para detectar y comunicar con rapidez acerca de cualquier traba, además de diseñar las operaciones de distribución que sean necesarias, y destinar las horas que sean precisas en aras de cumplir la palabra empeñada con la población”.